domingo, 3 de febrero de 2008

LA EUTANASIA, DILEMA ENTRE LA MUERTE O LA VIDA


  • El buen morir es un problema donde chocan las intuiciones morales, afirmó Paulette Dieterlen, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM
  • Carlos Rodríguez, de la Facultad de Derecho, se declaró a favor de aplicar la eutanasia “a partir del momento en que a una persona se le diagnostica una enfermedad irreversible”
  • Para Arnoldo Kraus, académico de la Facultad de Medicina, “un libre pensador tiene derecho a decidir lo que quiere sobre su vida”

La eutanasia o “buen morir” constituye un dilema entre el deceso digno o una vida de sufrimiento, entre el derecho del individuo a decidir su destino o el veredicto final de un grupo ético ante esta alternativa, a la que podrían recurrir los enfermos desahuciados, en un país donde cada año la Secretaría de Salud reporta que nueve mil pacientes llegan a la etapa terminal, señalaron académicos de la UNAM.

Paulette Dieterlen Struck, del Instituto de Investigaciones Filosóficas (IIFs), indicó que se habla “de las mejores medidas para morir de manera digna”; no obstante, es un problema donde chocan las intuiciones morales, “porque hay buenos argumentos a favor, pero también de otros en contra”.

Sobre este tema, cuya controversia ha impedido una legislación integral en México, Carlos Rodríguez Manzanera, académico de la Facultad de Derecho (FD), se pronunció a favor de la eutanasia “a partir del momento en que a una persona se le diagnostica una enfermedad irreversible”, aunque aclaró que en la discusión “no se vale tratar de imponer una sola visión”.

Al comentar la recién aprobada Ley de Voluntades Anticipadas en el Distrito Federal, Arnoldo Kraus, profesor de la Facultad de Medicina (FM), refirió que en el país no hay un debate adecuado sobre este tema, pese a que “un libre pensador tiene derecho a decidir lo que quiere sobre su vida”.

Para Ricardo Tapia, investigador emérito del Instituto de Fisiología Celular (IFC), la legislación sobre eutanasia pasiva aprobada en la capital, es “un primer paso para suspender el encarnizamiento terapéutico, cuando la persona lo ha predispuesto así”, cuando lo ha establecido en un documento denominado de voluntades anticipadas.

Controversia nacional

La polémica sobre la legalización de la eutanasia –término derivado del griego eu (bien) y thánatos (muerte), con dos vertientes: la activa (que provoca muerte indolora) y la pasiva (en donde se deja de tratar el padecimiento)–, se ha generado en todo el mundo, pero sólo dos países han aprobado despenalizar la muerte asistida: Holanda en el 2002, y luego Bélgica en el mismo año.

En el caso mexicano, el Código Penal Federal –en sus artículos 302 y 312–, cataloga como homicida a todo aquel que prive de la vida a otro o, en su caso, lo induzca al suicidio. El primer paso en sentido contrario fue asumido por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), que en diciembre de 2007 dictaminó a favor de la Ley de Voluntades Anticipadas.

Arnoldo Kraus, también miembro del Colegio de Bioética, afirmó que esta disposición concede el derecho a quienes padecen una enfermedad en fase terminal a rechazar medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretendan prolongar su vida.

Entre las estipulaciones que consideró necesario reforzar, figura el que con antelación una persona decida cómo será el final de sus días, cuando el caso lo amerite, sin tomar en cuenta que las enfermedades no tienen un curso predecible, para lo que sería necesaria la figura de un apoderado legal cuando el padecimiento rebase lo escrito.

El académico de posgrado de la FM, sostuvo que no existe una discusión adecuada sobre el particular en México y ésta se debe fomentar y promover. Se requiere que las personas tengan información sobre el tema para que se genere un libre debate, porque cada quien tiene derecho a decidir, de acuerdo al mal que le aqueja.

Mientras algunas voces se manifiestan a favor de tratar la legalidad de la muerte asistida, la eutanasia es condenada por la religión, evadida por la sociedad y prohibida por la ética médica. Es “un tema controvertido” que demanda un fino aparato de justicia, “con comités de ética que puedan ofrecer recomendaciones”, puntualizó la filósofa Paulette Dieterlen.

La investigadora se manifestó a favor de su aplicación, a partir del momento en que a una persona se le diagnostica una enfermedad irreversible “y ya no tiene quién vea por ella, quién la asista, incluso si por su edad ya no conoce a nadie, no tiene familiares ni amigos, o no se puede valer por sí mismo”.

Tras insistir en que es un tema “realmente complicado” donde “nos movemos en terrenos movedizos”, Dieterlen Struck admitió que en el país aún se carece de una cultura sobre este tópico, donde se entremezclan intereses personales, económicos y de credo, y recomendó individualizar los casos.

En ello coincidió con Carlos Rodríguez Manzanera, especialista en Filosofía del Derecho, quien está a favor de algún día “poder escoger en abandonar este mundo de manera pacífica y tranquila o quedarme a sufrir; contar con ese derecho”.

Hay una ley para la eutanasia pasiva en la capital, y un debate nacional a nivel legislativo, político y social sobre esta medida, cuya “tendencia mundial es que los humanos tendremos el derecho a morir dignamente, bajo ciertas condiciones”, concluyó.

Fuente: Universidad Nacional Autónoma de México

1 comentario:

Santiago Chiva, Granada dijo...

La eutanasia es un tema muy pantanoso. Se habla de legalización de la eutanasia para casos límite. Pero en Holanda, donde lleva legalizada años, no es así; se va haciendo habitual y va calando la mentalidad de que si estás enfermo lo mejor -para todos- es pedir la eutanasia, en detrimento de los cuidados paliativos

Preguntar a un enfermo si desea pedir la eutanasia es ponerle ante un dilema y ya tiene consecuencias en él. Si pide la Eutanasia, se le quita la vida y acaba el dolor, claro. Pero ¿y si pidiera medicina paliativa? Algunos dirán, con tono comprensivo, que no pasaría nada, todo sigue como siempre, se le cuida hasta que muera. Pero no. Ya nada es como antes. Si elige seguir viviendo, siempre tendrá que explicar por qué ha optado por una solución que supone más sacrificios a sus cuidadores, más dinero al Estado por gastos de la Ley de Dependencia y gastos sanitarios. El mismo personal sanitario que le cuida es el que le hubiera quitado la vida. Y como el enfermo no ha querido, hay que seguir cuidandole. Y total, para seguir sufriendo. Y los familiares, que quizá le sugirieron la eutanasia, son los que deben seguir viniendo a verle no se sabe cuantos meses o años más. Y quitando tiempo de dedicación a los niños, y con la hipoteca que les agobia, y en vacaciones, a ver que pasa... Los médicos o los familiares, no va a decir así las cosas, claro. Pero no somos tontos y sabemos cuando algo que hemos decidido no ha caído bien o resulta un engorro.

Encima, el Estado es parte interesada. Aunque los políticos se indignen, saben perfectamente que cuanta más eutanasia, más millones de euros para otros gastos sanitarios. Cuestan mucho menos dinero los trámites de defunción que un día más de cuidados paliativos. Para un contable sin prejuicios morales la mejor solución está bien clara: animar a pedir la eutanasia a todos. Sin embargo, nuestros mayores y nuestros enfermos, que con su vida han colaborado a hacer un mundo más humano, se merecen la mejor solución aunque cueste más. Si alguien quiere tener más reflexiones de interés sobre este tema en la etiqueta “EUTANASIA”: http://opinionciudadano.blogspot.com/ se encontrará unas cuantas

Gracias por ofrecerme la opción de opinar,

Santiago