viernes, 1 de febrero de 2008

SE VISLUMBRAN PROBLEMAS POR EL CRECIMIENTO DEL NÚMERO DE ANCIANOS EN MÉXICO



Los sistemas de pensiones y de seguridad social resultarán insuficientes para atender a este segmento, afirmaron especialistas de la UNAM
Sólo 19 por ciento de la población longeva a nivel nacional puede acceder a una pensión por edad o viudez, y de ellos, más de 90 por ciento recibe un salario mínimo, recalcó Berenice Ramírez López, del IIEc
Según Graciela Casas, de la ENTS, a los ancianos se les discrimina con el argumento de que dejan de ser rentables para la sociedad porque no aportan ni generan ingresos

La inversión de la pirámide poblacional por el aumento desmedido del número de adultos mayores, traerá consecuencias graves para el país en las próximas décadas, porque los sistemas de pensiones y de seguridad social serán insuficientes para atenderlos, afirmaron especialistas de la UNAM.
De acuerdo con la experta del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), Berenice Ramírez López, en la actualidad sólo el 19 por ciento de la población longeva a nivel nacional puede acceder a una pensión por edad o viudez, y de esta cantidad, más del 90 por ciento recibe un salario mínimo, añadió.
Estas prestaciones, se vinculan con el trabajo formal, pero en los últimos años se ha registrado un alto índice de desestructuración que ocasiona el desarrollo de tareas sin protección social. Ello se traduce en un menor porcentaje de población asegurada, expuso.
Hoy día, sólo el 37 por ciento de la población ocupada cuenta con las posibilidades de acceder a servicios de salud y a una pensión al término de su periodo productivo. “Con estas características el número de personas que pueden contar con esta ayuda es bajo. La cobertura de México con respecto a otras naciones de América Latina es mínima”, acotó.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto de los Hogares, informó, los individuos de entre 60 y 75 años realizan actividades de manera informal, sobre todo en el caso de los varones, en tanto que las mujeres se dedican al hogar.
Ramírez López subrayó que un estudio del Instituto Nacional de Personas Adultas Mayores del sexenio pasado, señala que algunas tiendas comerciales optaron por emplearlos como empacadores de mercancías, porque en general les resulta muy complicado obtener otro empleo.
Asimismo, indicó que según los conteos realizados en los años 2000 y 2005, únicamente el 51 por ciento de los mayores de 65 años está asegurado. En este contexto, hace siete años el 75 por ciento de ese segmento se encontraba laborando, y de ellos el 40 por ciento eran hombres.
El mismo informe dio a conocer que entonces la población mayor de 70 años era de tres millones 89 mil 526 individuos, que representaba el tres por ciento del total nacional. También, los ancianos ocupados eran 236 mil 461 sujetos, es decir, el 1.8 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), misma que percibía bajos ingresos.
Berenice Ramírez afirmó que entre 2000 y 2005, el 82 por ciento de las mujeres mayores de 65 años en actividad laboral, recibía menos de un salario mínimo diario, al igual que el 50 por ciento de los hombres en las mismas circunstancias.
La investigadora advirtió que México atraviesa por una rápida transición demográfica, es decir, el crecimiento ha disminuido en términos de nacimientos, frente a la dinámica a la alza en la edad de personas mayores de 60 años.
El proceso de envejecimiento nacional avanza de forma sustancial, y se calcula que para el 2050 el sector mayor de 60 años rebasará el 25 por ciento de la población mexicana. De no aumentar la cobertura en prestaciones habrá dificultades, aseveró.
Ante ello, recalcó que las instituciones de salud requieren de más aportaciones para enfrentar los trastornos propios de estos adultos, como diabetes, enfermedades renales o mentales como el Alzheimer y cardiovasculares, entre otras, que son costosas para el sector salud.

Ancianidad
Por su parte, la académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), Graciela Casas, aseguró que la principal razón de la discriminación a los adultos mayores es la sobrevaloración hacia la juventud, sobre todo por el modelo socioeconómico actual.
Con ese argumento, indicó, los ancianos dejan de ser rentables para la sociedad debido a que no aportan ni generan ingresos, y originan gastos como la jubilación y la demanda de servicios, consideró.

Por ley, en México se considera adultos mayores a los individuos de 60 años o más, y en otros países el periodo empieza a partir de los 65. Asimismo, en el país existe una categoría de cuarta edad a partir de los 75 años, resaltó.
El considerable número de este sector, afirmó, implica repercusiones económicas serias, pues el esquema de seguridad social no está preparado para enfrentar una esperanza de vida cada vez mayor.
Al hablar sobre la discriminación hacia los ancianos, insistió en que socialmente no se ha creado una figura que valore como tal a los senescentes, lo que representa un gran reto para este siglo; debe asignárseles una participación destacada en la colectividad.
A partir de los 50 años, comienza el declive físico que se asocia con el deterioro social y de valor personal. Por ello, dijo, es necesario asumir el envejecimiento como parte de la vida.
Estimó, además, la posibilidad de ampliar el tiempo laboral de las personas antes de jubilarse, quienes podrían continuar siendo productivas y mantenerse ocupadas en alguna actividad.


No hay comentarios: