sábado, 23 de febrero de 2008

EN RIESGO, LA SEGURIDAD ALIMENTARIA DE MÉXICO SI SE PRODUCE ETANOL CON MAÍZ

· Especialistas de la UNAM advierten sobre los efectos de generar en el corto plazo biocombustibles con el grano

· No se tiene el suficiente abasto para cubrir las necesidades alimenticias básicas, indicó Emilio Romero Polanco, del Instituto de Investigaciones Económicas

· Alfredo Martínez, del Instituto de Biotecnología, expuso que anualmente se importan más de ocho mil toneladas de esa gramínea de Estados Unidos

Si México utilizara maíz para producir biocombustibles como el etanol, atentaría contra la seguridad alimentaria del país y beneficiaría únicamente a las grandes empresas, coincidieron en señalar investigadores de la UNAM.

Al respecto, Emilio Romero Polanco, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), afirmó que en el territorio no es viable la producción de ese energético, pues no se tiene el suficiente abasto para cubrir las necesidades alimenticias básicas.

Ante este panorama, resulta difícil suponer que en el corto plazo exista la posibilidad de fabricarlo con este grano, aún cuando en la nueva Ley de Promoción y Desarrollo de Biocombustibles, se señale la posibilidad de transformar el maíz y la caña de azúcar en etanol, apuntó.

El especialista consideró que, de comenzar ese proceso, la caña de azúcar resultaría más viable, pues no tiene el impacto económico y social del maíz y puede aportar ciertos excedentes.

Al referirse a la producción del grano, recalcó que en el país se consumen 30 millones de toneladas al año y se producen 20, un déficit que complica la competencia con la Unión Americana.

Así, México genera en promedio dos toneladas por hectárea de maíz frente a las 10 que producen Estados Unidos o Canadá, empero, puntualizó, si en la nación se obtuvieran cuatro toneladas, se resolvería la dependencia alimentaria que aún persiste.

En este contexto, se está en riesgo de acentuar ese fenómeno además de intensificar la desnutrición, que da pie a la pobreza, el atraso, la migración y todo tipo de afectaciones, como las desventajas del sector agropecuario ante el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Contexto internacional

Desde el primer trimestre de 2007, el gobierno norteamericano anunció el impulso a la producción de etanol con base en el maíz, como estrategia para disminuir su enorme dependencia a la importación de petróleo.

Según información de Romero Polanco, el primer productor mundial de la gramínea es EU, seguido de China, que del 2005 al 2007 consumió 137 millones de toneladas del grano de las 139 que generó. México se ubica en la cuarta posición en el orbe, pero depende sustancialmente de los excedentes norteamericanos.

Los países desarrollados estudian la posibilidad de usar el maíz para elaborar etanol, pero ello traería consecuencias en el precio de los granos básicos, que afectan la seguridad alimentaria de las naciones deficitarias, sostuvo.

Aún en la Unión Americana existen límites para garantizar el éxito de la sustitución del etanol por las gasolinas provenientes del petróleo. Al menos en el corto plazo, el “oro amarillo” enfrenta retos para consolidarse como alternativa en el mercado energético, refirió.

De este modo, la mezcla norteamericana elaborada con un 85 por ciento de etanol y 15 de gasolina, sólo se expende en mil de las 180 mil gasolineras que existen en esa nación. El consumo representa sólo el 4.3 por ciento del total de combustible que se utiliza en ese país, señaló.

En el caso mexicano, se ha especulado sobre la posibilidad de explorar industrial y comercialmente su producción. En cuanto a Brasil, desde hace más de 40 años, se instituyó como política de Estado fomentar la obtención de ese biocombustible con base en la caña de azúcar, pues cuenta con una infraestructura tecnológica, con centros de experimentación y con empresas que tienen experiencia en el mercado local e internacional.

A su vez, Alfredo Martínez Jiménez, del Instituto de Biotecnología, precisó que el proyecto de elaborar etanol con maíz, tiene diversas implicaciones a nivel nacional.

En el país, la producción del grano no permite la autosuficiencia, pues anualmente se importan un gran número de toneladas de EU hacia México, y su consumo per cápita es el más elevado en todo el mundo. “Utilizar un alimento para obtener un combustible parece no ser una buena opción, a menos que se utilice maíz extremadamente barato”.

De acuerdo con el experto, Brasil tiene condiciones socioeconómicas similares a las de México y en esa nación el etanol constituye casi un 50 por ciento del combustible que usan los automóviles, mismo que es elaborado con la miel obtenida de la caña de azúcar. Los residuos agroindustriales como el bagazo, son materia prima barata que puede conseguirse en grandes cantidades.

Martínez Jiménez señaló que la producción de etanol a partir del maíz derivará en un escenario complicado, sin embargo, algunos empresarios piensan en esa actividad por las altas ganancias que obtendrían al comprar el grano a bajo costo y, a su vez, exportar el energético a Estados Unidos.

Hizo énfasis en que el país tiene la opción de generar otro tipo de etanol, a partir de los residuos agroindustriales, lo que daría la oportunidad de recibir recursos y crear empleos en el sector formal.

Finalmente, dijo que el uso del etanol no contribuye al incremento de dióxido de carbono en la atmósfera y, por lo tanto, no influye en el cambio climático ni en el efecto invernadero.

Créditos: Universidad Nacional Autónoma de México (www.unam.mx)

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