lunes, 14 de abril de 2008

RESILIENCIA, CAMINO PARA ENFRENTAR RETOS EDUCATIVOS, SOCIALES Y ECONÓMICOS

· Sostiene la directora de la Facultad de Psicología de la UNAM, Lucy María Reidl Martínez

  • El estudio y promoción de esta capacidad para remontar situaciones desfavorables ha sido tema de interés para muchos psicólogos, dijo
  • Una persona resilente cuenta al menos con alguien que la acepta como es en todos sus aspectos, aseguró

La promoción de la resiliencia o capacidad para remontar situaciones desfavorables es uno de los caminos para hacer frente a los retos educativos, sociales y económicos que se viven en el país, aseguró la directora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, Lucy María Reidl Martínez.

La funcionaria universitaria destacó lo anterior al inaugurar el Séptimo Encuentro Desarrollo Psicosocial y Resiliencia. El trabajo en ese sentido es arduo, pero no imposible, añadió. De hecho, sostuvo, en México, el estudio y promoción de la resiliencia ha sido un tema de interés para muchos psicólogos que trabajan con víctimas de desastres, violencia sexual, abandono o que están pasando por una etapa de duelo.

En los Centros de Atención Psicológica de la FP, por ejemplo, se llegan a tratar estos casos. A través de programas en los que se promueven factores protectores, se logra que los individuos desarrollen la resiliencia, planteó la directora.

Reidl Martínez recordó que en los años 70 Michael Rutter introdujo el término de resiliencia refiriéndose a la capacidad de los sujetos para sobreponerse a tragedias o periodos de dolor emocional. Más adelante, el concepto ha sido ampliado y se ha señalado que incluye, además, la superación de esas etapas y su transformación en un ambiente positivo.

Los trabajos al respecto demuestran, a grandes rasgos, que la resiliencia es un constructo multifactorial con tres componentes principales: compromiso, control y reto, destacó en el auditorio Luis Lara Tapia de la FP.

Hay factores internos que la favorecen, como la autoestima, el optimismo, la confianza en sí mismo, la responsabilidad, la capacidad de elegir o de cambios de las competencias cognoscitivas. También los hay externos, como los reconocimientos familiar y social, que estimulan el desarrollo de las personas.

Una investigación llevada a cabo durante 30 años basada en un seguimiento a 500 personas que vivían en situación de pobreza extrema con el consabido entorno y consecuencias, señaló, dio como resultado que algunos de ellos, pese a la situación de violencia familiar, alcoholismo y enfermedades propias y ajenas, lograron un desempeño sano y positivo.

Se encontró que los sujetos resilientes tenían al menos una persona que los aceptaba independientemente de sus características físicas, sociales o económicas, lo que les permitía reconocer que sus esfuerzos, su competencia y su autovaloración eran valorados y fomentados.

La profesora de la FP, Susan Pick, afirmó que se pueden lograr modificaciones en conductas que lleven a cambios en la persona y en el contexto y que apoyen el desarrollo de las siguientes características: iniciativa, agencia personal (habilidad para definir las metas en una forma autónoma y actuar con ellas), productividad y empoderamiento agéntico (estado de obtención de poder desde dentro), lo que, a su vez, llevará a transformaciones en los individuos y la cultura, es decir, sí se pueden formar personas y comunidades resilientes.

Al dictar la conferencia magistral Las competencias psicosociales y la agencia personal como base para la resiliencia, explicó que las políticas públicas y los programas sociales elaborados no representan las necesidades especificas de las comunidades. Por ello, la formulación e implementación de planes de desarrollo, productos de la investigación y evaluación científicas, adquieren relevancia.

La presidenta del Instituto Mexicano de Investigación Familiar y Población (Imifap), expuso los programas de esa instancia, donde se enfatizan cuatro aspectos: facilitar la adquisición de habilidades para la vida y lograr la internalización de que los cambios de conducta son posibles y están bajo el control de los individuos.

Además, reforzar estas actividades gracias a la formación de los promotores, el cabildeo con las autoridades locales y la diseminación al público, y realizar las sesiones de los programas de manera interactiva y en grupos pequeños, concluyó.

Créditos: Universidad Nacional Autónoma de México (www.unam.mx)

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