· Con ello, científicos de la Facultad de Química buscan evitar el desperdicio de entre 100 y 200 litros del consumo diario de este líquido por habitante
· Permitiría tratar el 75 por ciento del volumen empleado en el aseo personal y el lavado de ropa, para reutilizarlo en sanitarios, limpieza de pisos, automóviles y riego
Científicos de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM desarrollan un sistema sencillo, eficaz y económico para el tratamiento de aguas grises o jabonosas, que evitaría desperdiciar entre 100 y 200 litros del consumo diario de este líquido por habitante.
La novedosa tecnología permite tratar y reutilizar, de manera óptima, los volúmenes provenientes del aseo personal y de las lavadoras –llamadas aguas grises–, que actualmente van al desagüe junto con las procedentes de excusados y del lavado de trastes, conocidas como aguas negras.
La alternativa resulta de gran trascendencia, porque una vez sometida a tratamiento, este vertido se podría reutilizar en sanitarios y en el aseo de instalaciones, lo que representaría una contribución de gran magnitud en el ahorro y uso eficiente de este recurso.
Ello, sobre todo, ante el problema de escasez hídrica en el Valle de México, que es cada vez más crítico, y hace necesario y urgente crear métodos para reutilizarla y economizar su uso. De acuerdo con estimaciones a nivel mundial, el promedio diario de consumo del vital líquido de un habitante en una ciudad es de 250 litros.
El responsable del Laboratorio de Superficies del Departamento de Fisicoquímica de la FQ, Jesús Gracia Fadrique, señaló que “existen pocas plantas en la Ciudad de México destinadas al tratamiento de agua para reciclarla, lo que hace indispensable recurrir a los acuíferos y al suministro externo para cubrir la demanda”.
Al cursar sus estudios de Maestría en Ciencias Químicas, en la misma Facultad, Carlos Alberto Sagredo Suazo decidió trabajar, junto con su asesor, Jesús Gracia Fadrique, en una línea de investigación orientada a desarrollar un método de tratamiento de aguas grises o jabonosas, tanto del hogar como de la industria, para optimizar su uso.
La propuesta planteada por Sagredo Suazo y por Jesús Gracia Fadrique, derivada del proyecto Tratamiento de aguas grises por rectificación en espuma y precipitación, desarrollado en el Laboratorio de Superficies, permitiría tratar el 75 por ciento del volumen, empleado en el aseo personal y en el lavado de ropa, para reutilizarlo en sanitarios, limpieza de pisos, automóviles y riego.
El 25 por ciento restante, pertenece a las llamadas aguas negras, que contienen materia orgánica. Esta tecnología puede ser usada en los domicilios y en complejos habitacionales y colonias. Para ello, se requiere que los encargados de la normatividad de los sistemas de construcción contemplen la instalación de la infraestructura necesaria para separar las aguas grises de las negras.
Proceso de tres etapas
El método de tratamiento de aguas grises es sencillo y consta de tres etapas: inyección de aire para generar espuma, uso de cal y precipitación con dióxido de carbono (CO2) proveniente del aire ambiental.
En la primera fase se lleva a cabo un proceso de adsorción por rectificación en espuma, que consiste en introducir el agua residual en una columna e inyectar aire, a través de un difusor, para producir espuma, concentrar los detergentes y eliminarlos.
En la experimentación, los investigadores comprobaron que la espuma no sólo aglutina los jabones, sino también separa partículas sólidas en suspensión como fibras y aceite.
Sin embargo, no es suficiente para eliminar todos los componentes de los detergentes; se requiere una segunda fase, donde se aplica una reacción conocida como precipitación de los jabones, mediante sales de calcio, donde la más común, barata y accesible es la cal de construcción, que, al tener una solubilidad limitada y al reaccionar con los limpiadores, los hace insolubles, provocando que se precipiten.
Con ello, el agua residual, que para esta etapa ya es translúcida, aún tiene un PH alcalino, que da lugar a un siguiente paso, donde se inyecta nuevamente aire. El CO2 forma carbonatos con el hidróxido de calcio en solución residual, de manera que lo precipita y se recupera el PH neutro que demanda el agua, explicaron Jesús Gracia y Carlos Sagredo.
“Los resultados de este estudio posibilitaron obtener una calidad de agua que, si bien no es potable y tiene un cierto contenido de electrolitos, fácilmente puede reusarse en los hogares y en algunas industrias porque el líquido ya no presenta olores, ni turbidez”, aseguraron los expertos.
Además, es un método económico y sencillo que sólo requiere de un contenedor para el líquido, un inyector de aire y el empleo de cal de construcción. “Si se colecta el agua y se trata con aproximadamente el 0.1 por ciento de cal y se filtra, se tiene agua para reutilizar”, afirmó Jesús Gracia Fadrique.
Los hallazgos son alentadores y tanto Carlos Alberto Sagredo como Jesús Gracia, no descartan la posibilidad de que en el futuro, si se da seguimiento a esta línea de investigación, con un amplio grupo multidisciplinario de trabajo, se podría llegar a obtener una mejor calidad de agua.
Créditos: Universidad Nacional Autónoma de México (www.unam.mx)
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