lunes, 14 de abril de 2008

ALERTA IPN SOBRE DESCOMPOSICIÓN ACELERADA DE ALIMENTOS EN TEMPORADA DE CALOR

Al asegurar que durante la temporada de calor se incrementa el número de enfermos por infecciones gastrointestinales, toda vez que las altas temperaturas aceleran la descomposición de los alimentos, el catedrático e investigador de la Escuela Superior de Medicina (ESM) del Instituto Politécnico Nacional, Celso Pérez Rostro, exhortó a la población a tener cuidado en la preparación y consumo de alimentos, para evitar infecciones que pueden ocasionar desde un simple dolor de estómago, diarrea o vómitos, hasta cólera u otros padecimientos que pueden poner en riesgo la vida de quien los consume.

El especialista politécnico recalcó que existen determinados tipos de alimentos que representan un mayor riesgo por las altas temperaturas, como son los productos del mar, los cuales deben estar frescos y ser consumidos -al igual que las carnes y verduras-, perfectamente cocidos o fritos.

Pérez Rostro -investigador del Departamento de Microbiología de la ESM-, dijo que las amas de casa deben considerar que tanto el agua, como los alimentos, pueden ser vehículos que lleven microorganismos patógenos hacia el tubo digestivo como son: Salmonella, Shigella, Campylobacter y Vibro Cholera, ya que son bacterias que se ubican dentro de las características de los mesofílicos, las cuales tienen una temperatura óptima de desarrollo entre los 25 y 39 grados centígrados.

“En la temperatura ambiente en la que nos encontramos en esta época del año, si un alimento no se conserva en refrigeración o no es consumido inmediatamente después de su cocimiento, existe la posibilidad de que las bacterias se multipliquen y por lo tanto alcancen una concentración que se pueda traducir en una dosis suficientemente alta como para producir daño al organismo”, acotó.

Pérez Rostro indicó que respecto a los productos del mar, los pescados son los que representarían menor problema, ya que se consumen cocinados. “Sin embargo, no sucede lo mismo en el caso de las almejas y el ostión, que muchas veces se comen crudos, por lo cual se incrementa el riesgo, toda vez que estos productos llevan microorganismos que pueden producir infecciones gastrointestinales”, sostuvo.

“El ostión se alimenta a través del plancton y filtra miles de litros de agua todos los días como forma de alimentación, y dentro del plancton que está filtrando también atrapa microorganismos, y en esta época del año aumentan su número precisamente por la temperatura ambiental que les permite su reproducción, de manera que se contaminan más densamente este tipo de alimentos”, refirió.

El catedrático politécnico señaló que el microorganismo Vibro Cholera tiene un ciclo de reproducción que aumenta particularmente en estas épocas del año, porque es resistente a la sal, lo que significa que puede multiplicarse en agua de mar con temperaturas de alrededor de 30 grados centígrados.

Celso Pérez Rostro mencionó que debe tenerse especial cuidado en alimentos como la leche, la crema y el queso, mismos que deben ser refrigerados a una temperatura que esté entre los 2 y 8 grados centígrados, ya que esa temperatura impide el desarrollo de bacterias.

Recomendó tener precaución de consumir alimentos en la vía pública, ya que éstos constituyen verdaderos focos de infección, principalmente porque los microorganismos que se encuentran en el ambiente (como los quistes de algunas amibas o los huevecillos de algunos gusanos), pueden viajar hasta kilómetros, y de esta forma a través del aire propagarse por grandes distancias infectando los alimentos que están al aire libre.

Hizo hincapié en la necesidad de consumir agua hervida y que aunque ésta no ofrece nutrientes como para que se desarrollen las bacterias, hay algunos microorganismos que se han adaptado en ambientes donde el único factor que debe tener a su favor es la temperatura ambiental, por lo que puede concentrarse una carga bacteriana suficiente como para producir enfermedad.

El investigador de la Escuela Superior de Medicina resaltó que los síntomas de la infección gastrointestinal es diarrea acuosa (en algunos casos acompañada con sangre, pus o moco), náuseas, vómito, fiebre y dolor de cabeza. “Después una de las consecuencias es la deshidratación que puede ser parte del cuadro clínico de la gastroenteritis, pero la deshidratación es más delicada en los niños”, advirtió.

El experto del Laboratorio de Microbiología del IPN precisó que en caso de presentar alguno de estos síntomas es necesario acudir inmediatamente a una revisión médica y suministrar inmediatamente electrolitos (sobre todo a menores de edad), para reestablecer el proceso de hidratación.

Finalmente, el especialista politécnico comentó que durante esta época del año los problemas gastrointestinales se agravan y multiplican en las zonas rurales o marginadas, en virtud de que los habitantes de esas regiones no cuentan con aparatos de refrigeración para conservar sus alimentos.

Créditos: Instituto Politécnico Nacional (www.ipn.mx)

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