- Subrayó en la UNAM el embajador de la República Popular China en el país, Yin Hengmin
- Brasil, México y Chile son los tres socios más importantes en América Latina, dijo
- Dictó una conferencia en la Facultad de Economía, en presencia de su titular, Roberto Escalante, y del catedrático de la FE, Clemente Ruiz Durán
A pesar del déficit en la balanza comercial que México tiene respecto a China y los problemas existentes en la materia entre ambos Estados, esa nación asiática no constituye una amenaza, sino oportunidades de desarrollo, aseguró en la UNAM, el embajador de la República Popular China en el país, Yin Hengmin.
Al ofrecer la conferencia Las relaciones entre China y México: condiciones y retos, en la Facultad de Economía (FE) –en presencia de su titular, Roberto Escalante Semerna–, el diplomático subrayó que con el progreso acelerado que ha alcanzado su país en los últimos 30 años, se ofrecen múltiples oportunidades para México.
Tan sólo en 2007, el comercio exterior del “gigante oriental” ascendió a más de dos billones de dólares, informó. En tanto, las importaciones en 2006 desde Brasil, México y Chile, los tres socios más importantes en América Latina, crecieron 29, 17 y 15 por ciento, respectivamente.
Además, el creciente mercado requiere más mercancías y materias primas del extranjero, incluidas las mexicanas; por lo que la demanda de la nación asiática significa una gran posibilidad para México, pues cuenta con enormes potenciales de exportación.
El crecimiento económico ha convertido a China en uno de los países más atractivos para atraer recursos foráneos. Tan sólo en 2006, recibió cerca de 70 mil millones de dólares en ese rubro, que le permitió establecer más de 40 mil empresas nuevas.
En la actualidad, informó Hengmin, de las 500 empresas más poderosas del planeta, más de 480 han abierto sucursales o firmas mixtas en la nación asiática. Está ofreciendo el mayor ambiente de inversión, sostuvo.
México tiene capitales en China, pero en una cantidad insignificante, a pesar de contar con grandes empresarios, quienes pueden realizar transacciones directas.
Con el desarrollo de los últimos 30 años el poderío integral de la nación asiática se ha robustecido considerablemente. En 2006, la inversión directa en el extranjero ascendió a 16 mil millones de dólares. Han destinado fondos en grandes proyectos de ingeniería, minería, manufactura, electrodomésticos, telecomunicaciones y agricultura en Brasil, México, Chile y Venezuela, entre otros.
En el aula magna Jesús Silva Herzog de la FE, Yin Hengmin señaló que en los últimos años las empresas de capital chino y de inversión mixta en el país han creado miles de empleos y realizado importantes contribuciones al desarrollo económico.
La relación bilateral está llena de vigor y con grandes horizontes, dijo. Mientras en 1972 el volumen total del comercio bilateral fue de sólo 12 millones de dólares, para 2006 superó los 11 mil 400 millones, un incremento de 950 veces. De enero a octubre del año pasado, la cantidad ascendió a 12 mil 200 millones de dólares.
Asimismo, abundó, la inversión recíproca ha crecido. Hoy día más de 40 empresas chinas tienen capital en México, con lo que se ha convertido en uno de los socios comerciales más importantes, y el principal destino de recursos de esa nación en América Latina.
En los últimos años, más empresarios mexicanos han empezado a fijarse en China. Muchos productos y mercancías nacionales de diversos sectores: electrónicos, telecomunicaciones, tequilero, tortillero y panadero, han ingresado a ese mercado.
No obstante, acotó el diplomático, aún hay problemas entre los dos países en materia comercial, por el anti dumping, que obstaculiza el desarrollo bilateral, así como los altos impuestos aplicados a algunos productos chinos y el aumento y la profundización de los intercambios culturales.
En su oportunidad, el catedrático de la FE, Clemente Ruiz Durán, resaltó los logros alcanzados por ese país oriental y lo calificó como el esfuerzo más importante en la historia. Elevar el nivel de vida de una población tan amplia y en tan poco tiempo, no se había hecho con antelación.
Sin embargo, dijo, hay elementos preocupantes, porque llevar a una sociedad tan grande de niveles de ingreso bajos a otros cada vez mayores, implica conseguir recursos de todo el mundo para hacer crecer la economía, lo que, paralelamente, provoca desequilibrios globales.
Créditos: Universidad Nacional Autónoma de México (www.unam.mx)
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