- El catedrático de la FE de la UNAM, Arturo Huerta, dijo que no se generan las condiciones internas de crecimiento, hay menos industria y agricultura y una banca disfuncional
- En 2007, el déficit de comercio exterior en México fue de 11 mil 400 millones de dólares, y si se resta el petróleo, ascendería a 54 mil millones, indicó
- La iniciativa, al concentrarse en explorar aguas profundas, no elevará las exportaciones en el mediano plazo y quién sabe si en el largo: Sarahí Ángeles, integrante del IIEc
- Para la profesora de la FE, Ifigenia Martínez, el problema del petróleo es fundamental para el bienestar y la vida de la República, y el funcionamiento de la economía nacional
A pesar de que el gobierno ha puesto al petróleo como la panacea del crecimiento nacional, no será así, porque el actual contexto no genera condiciones internas de crecimiento, se cuenta con menos industria y agricultura y una banca disfuncional, que ha llevado a depender de factores externos, aseguró el catedrático de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, Arturo Huerta González.
En su participación en el Segundo Simposio Sector energético: diagnóstico y perspectivas, organizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), recordó que lo mismo se dijo con la política económica predominante en la vigencia del Tratado de Libre Comercio.
Al inaugurar el encuentro, la directora del CEIICH, Norma Blázquez Graf, aseguró que en este momento clave que vive el país, una de las funciones primordiales de la UNAM es organizar y realizar investigaciones, acerca de las condiciones y los problemas nacionales, como éste, que tiene que ver con el futuro de México.
Arturo Huerta González informó que tan sólo en 2007, el déficit de comercio exterior en México fue de 11 mil 400 millones de dólares, y si se resta el petróleo, el desequilibrio ascendería a 54 mil millones. Este año el daño, que incluye a los hidrocarburos, será de unos 25 mil millones de dólares, y sin ellos, de más de 70 mil millones.
Por ello, comentó que la reforma energética va encaminada a permitir la inversión privada en el sector, para enfrentar la exploración, explotación y exportación de hidrocarburos, y financiar la deuda, pero lo único que se tiene es el petróleo.
Por más que se insista en que la discusión es técnica, no es así, es una cuestión política. Se pueden liberar los recursos necesarios para Pemex, porque es una de las empresas más rentables del mundo y genera lo suficiente para su desarrollo. “Sería una decisión que el gobierno debería tomar y no encarar el problema mediante la privatización de esa industria”, aclaró.
En vez de presupuestar fondos para el avance de Pemex y el de sectores como la industria petroquímica, la ingeniería y la innovación tecnológica, se han utilizado para reservas internacionales, para financiar los ingresos del sector público y obras de infraestructura.
Del 2004 a la fecha, México ha crecido 3.7 promedio anual, es la economía petrolera exportadora que menos progresa, pues los Emiratos Árabes lo hace en 11 por ciento, Irán en cinco por ciento, Arabia Saudita en cinco, y Venezuela en 11.7; es decir, el petróleo no se ha utilizado para propiciar condiciones de bienestar entre los mexicanos.
Además, añadió, en la presente década el país muestra una economía por debajo de la media en América Latina, a pesar de las remesas, el boom petrolero y la inversión extranjera.
Por su parte, la integrante del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), Sarahí Ángeles Cornejo –quien coordina el Simposio junto con John Saxe-Fernández–, apuntó que abrir el sector energético a las importaciones, ya sea de gasolina, petroquímicos y otros, es parte del modelo neoliberal, en el sentido de que las empresa públicas, en tanto no se privaticen, pueden irse abriendo a la competencia.
De esa forma, acotó, el aumento de las importaciones seguirá al menos en el mediano plazo, porque la iniciativa de reforma no resuelve el problema de ese sector, al menos en el tiempo de construcción de las refinerías, que tardará unos cuatro años. La situación será aún más grave si se deja la refinación al inversionista privado y lo será aún más, si se cede a manos transnacionales.
La iniciativa de reforma, al concentrarse en la exploración de aguas profundas, tampoco elevará la producción de las exportaciones en el mediano plazo y quién sabe si en el largo, porque en esa zona sólo hay estimaciones de recursos, pues aún no se explora de forma adecuada, puntualizó.
De acuerdo con el ex secretario de Hacienda, David Ibarra y catedrático de la FE, los rendimientos operativos de Pemex han subido nueve veces entre 1995 y 2006; las utilidades antes de los impuestos pasaron de 68.9 a 584 mil millones de pesos, y los impuestos crecieron de 74.9 a 582.9 mil millones en el mismo periodo. Además, la paraestatal ha cedido la totalidad de las rentas petroleras al fisco al aportarle casi tres billones de pesos en ese periodo, destacó.
La privatización de distintas ramas del sector petrolero, como la petroquímica, ha aumentado las importaciones, y ha provocado la destrucción de las cadenas productivas y la quiebra de un sin número de empresas, aseveró.
Para la ex senadora y catedrática de la FE, Ifigenia Martínez, el asunto del petróleo es fundamental para el bienestar y la vida de la República, y en el funcionamiento de la economía nacional.
Se está conformando una opinión con sustentos científicos y técnicos, basada en la verdad acerca del mal desempeño y el trato equivocado que se ha dado a esta riqueza, que constitucionalmente pertenece a los mexicanos.
México, sostuvo la ex directora de la FE, tenía instituciones para haber aprovechado racionalmente los hidrocarburos en pro del desarrollo económico. Pero ahora nos estamos convirtiendo en un país exportador de materias primas e importador de productos manufacturados como la gasolina, los petroquímicos y otros lubricantes, lo que no puede aceptarse.
Crédito: Universidad Nacional Autónoma de México (www.unam.mx)
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