miércoles, 21 de noviembre de 2007

SON INSUFICIENTES LAS POLÍTICAS PÚBLICAS PARA GARANTIZAR LA EQUIDAD DE GÉNERO


  • Sostuvo en el CEIICH de la UNAM Mabel Burín, de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Argentina
  • Los comienzos del siglo XXI están marcados por la globalización y la deslocalización de los lugares de trabajo, que tienen clase y sexo, enfatizó
  • Participó en el Ciclo de Conferencias El feminismo ante los retos globales, donde agregó que al clásico techo de cristal, se agrega la frontera de cristal como impedimento para que la mujer avance en su carrera laboral

No es suficiente contar con políticas públicas que garanticen la igualdad de oportunidades laborales entre hombres y mujeres, porque subsisten las inequidades subjetivas en relación a la pareja y la familia, subrayó en la UNAM Mabel Burín, directora del Programa de Estudios de Género de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, en Buenos Aires, Argentina.

Al participar en el Ciclo de Conferencias El feminismo ante los retos globales, realizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), la especialista en asuntos de género señaló que los comienzos del siglo XXI están marcados por la globalización y la deslocalización de los lugares de trabajo.

Tras precisar que dichos fenómenos, caracterizados por el traslado laboral hacia el extranjero, tienen clase y sexo, destacó que en la actualidad las inequidades económicas y por características se entrelazan, al potenciarse una con otra.

Consideró que al clásico techo de cristal, ahora se agrega la frontera de cristal como impedimento para que la mujer avance en su carrera laboral.

Explicó que al primero –una limitante impalpable en el ascenso jerárquico femenino en diversas áreas de trabajo– se suma una barrera intangible que no posibilita a este sector, por cuestiones familiares y de pareja, ir a desarrollarse en el extranjero.

Mabel Burín detalló que en los dos casos se trata de superficies invisibles, porque no hay códigos ni leyes que impidan oportunidades de desenvolvimiento; no obstante, en la práctica existen estatutos familiares, sociales y subjetivos, que tácitamente se les imponen como restricciones.

Manifestó que al presentarse este nuevo obstáculo, gran parte de las trabajadoras suelen renunciar a sus carreras y “eligen” el bienestar familiar, con el costo que tiene este sacrificio, en muchos casos traducido en estados depresivos severos.

La psicoterapeuta y psicoanalista aseveró que la globalización crea condiciones asimétricas y la construcción cultural, y en este sentido, “el desafío y reto es explorar la política de las subjetividades”.

Afirmó que la construcción femenina y masculina se encuentran en crisis, a diferencia del siglo pasado, cuando los roles estaban configurados en poder racional y económico, para ellos, y trabajo doméstico y el cuidado de lo familiar, en ellas.

Mabel Burín comentó que la mundialización ha provocado que las decisiones, sucesos y actividades producidas en una región alteran significativamente al resto de las naciones, con lo cual se han modificado las formas de trabajo, de amar y de vivir en familia.

Concluyó que es un fenómeno asimétrico y desigual, basado en valores específicos como el consumismo, individualismo, glorificación de los mercados, exitismo y mercantilización de todos los aspectos de la vida.

Fuente: Universidad Nacional Autónoma de México (Boletín UNAM-DGCS-704)

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