jueves, 27 de diciembre de 2007

ESTUDIAN EN LA UNAM PROTEÍNAS CAPACES DE INHIBIR LA FORMACIÓN DE VASOS SANGUÍNEOS


· Ese proceso, denominado angiogénesis, está vinculado con la gestación de padecimientos como el cáncer, la retinopatía diabética y la artritis.

· Carmen Clapp, del Instituto de Neurobiología, señaló que estas sustancias, halladas en diversas partes del organismo, han recibido el nombre de vasoinhibinas

· Si bien controlar la formación de estos vasos no curaría esos padecimientos, sí impediría que progresaran, sostuvo la investigadora

Científicos del Instituto de Neurobiología (INB) de la UNAM, con sede en Juriquilla, Querétaro, descubrieron un grupo de proteínas que tienen la propiedad de inhibir el proceso de formación de vasos sanguíneos o angiogénesis, vinculado con la gestación de padecimientos como el cáncer, la retinopatía diabética y la artritis.

Así lo explicó la investigadora Carmen Clapp, quien señaló que debido a esa característica, tales sustancias, halladas originalmente en el hipotálamo del cerebro, han recibido el nombre de vasoinhibinas.

Hasta ahora, el equipo de la científica ha aportado datos referentes al frenado del desarrollo de vasos sanguíneos en la retina, los que generan ceguera en enfermos de diabetes. El punto ideal sería producirlas y utilizarlas en pruebas clínicas, “aunque falta hacer experimentos para determinar que no tengan efectos secundarios indeseados”, aclaró la experta.

La universitaria expuso que estos vasos son importantes para mantener la función de los distintos tejidos. No obstante, de la sobreproducción dependen enfermedades como las mencionadas.

Por ejemplo, dijo, la retinopatía diabética es la principal causa de ceguera y, junto con la artritis, la primera fuente de incapacidad en personas mayores. Este padecimiento obedece a la generación de vasos sanguíneos en la retina que al invadir el humor vítreo forman un tejido fibroso que desprende a esa membrana. En el mundo, el 10 por ciento de los pobladores padece diabetes y podría perder la vista si no se controla ese crecimiento.

En la artritis también se presenta una invasión vascular, pero en las articulaciones. Cuando ocurre ese problema inflamatorio, las células del sistema inmune entran en contacto con el tejido, que no es reconocido como propio del organismo y se le destruye, apuntó.

Los tumores, en tanto, se forman a partir de una célula con alteración de los mecanismos que determinan su reproducción, por lo que prolifera de manera continua hasta formar una pequeña masa de unos pocos milímetros cúbicos. Si esta masa se vasculariza, entonces continúa creciendo hasta alcanzar tamaños que afectan la función del órgano en el que se alojan. El cáncer, detalló, es la causa de muerte de una de cada cinco personas en el mundo.

Si bien controlar la formación de vasos sanguíneos no curaría el cáncer, la retinopatía ni la artritis, sí impediría que progresaran a estados patológicos, sostuvo la investigadora. De ahí que el tema sea de gran interés en el mundo.

En el laboratorio de Carmen Clapp, se estudia intensamente la acción de las vasoinhibinas en diferentes modelos animales, cómo se generan y las implicaciones que pueden tener en tales padecimientos a distintos niveles.

Tales proteínas se producen en cantidades importantes en uno de los órganos con más vasos sanguíneos del organismo: el cerebro. También en el sistema endócrino, en particular en la glándula hipófisis. En esta última, la vascularización es distinta a otras áreas vecinas, por lo que se busca determinar cómo regulan ese proceso dichas sustancias, especificó.

En ese laboratorio del INB se trabaja también en las células de un tejido nervioso, como la retina; “ahí también se producen las vasoinhibinas, por lo que queremos saber cómo es que ellas participan en el control de la retinopatía diabética y otros males que también producen ceguera”, indicó.

Al mismo tiempo, analizan los problemas de las articulaciones. Se estudia cómo controlan el funcionamiento de la célula endotelial –la célula que recubre el vaso sanguíneo–, qué funciones desempeñan y cómo es que inhiben su proliferación y migración. También tienen la propiedad de promover la muerte celular programada o apoptosis; tal característica las convierte, al mismo tiempo, en herramienta de destrucción de los propios vasos, señaló.

Esta investigación, reconoció, es de nivel básico, pero con implicaciones clínicas importantes. Se han “aportado resultados donde se observa que es posible frenar el desarrollo de vasos sanguíneos en la retina”. El siguiente paso será producir estas proteínas y utilizarlas en pruebas clínicas hasta obtener una opción terapéutica más, alterna a la fotocoagulación con láser que lesiona la retina y no siempre es eficaz.

El descubrimiento de estas sustancias, concluyó la experta, podría abrir la posibilidad de encontrar alternativas para enfrentar esos padecimientos que afectan a tanta gente alrededor del mundo.

Fuente: Universidad Nacional Autónoma de México (Boletín UNAM-DGCS-772)

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