· Lo anterior se desprende del trabajo de investigación de José Fausto Rivero Cruz, académico del Departamento de Farmacia de la Facultad de Química
· La boca puede contener hasta 350 especies de estos microorganismos, muchos de ellos patógenos, explicó el investigador
· También busca compuestos antibacterianos que inhiban la formación de bioplaca o que incluso eliminen estos microorganismos
La ciruela pasa contiene un compuesto que inhibe el crecimiento de bacterias de la boca, especialmente las Phophyromonas gingivalis, causantes de la periodontitis o gingivitis, y de Streptococus mutans, que ocasionan las caries, según se desprende del trabajo de investigación de José Fausto Rivero Cruz, académico del Departamento de Farmacia de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.
Mediante el proyecto Plantas medicinales y comestibles de México como una fuente potencial de compuestos antimicrobianos útiles para la prevención y el tratamiento de las caries y de la gingivitis, Rivero Cruz se ha dedicado a estudiar en los últimos años dichos problemas, que atacan dientes y encías, así como a buscar en algunos frutos posibles soluciones a enfermedades que afectan a la mayoría de la población.
La cavidad bucal, explicó el investigador, tiene microambientes que pueden contener diversas poblaciones bacterianas que en algunos casos alcanzan hasta 350 especies, muchas de ellas patógenas.
Rivero Cruz, tutor del Programa de Maestría y Doctorado en Ciencias Químicas de esta casa de estudios, apuntó que la Streptococus mutans es una de las especies más comunes y, además de la caries –que fermenta y produce ácidos para atacar a los dientes–, es responsable de la formación de bioplacas, en biofilm o consorcios, agrupaciones de estos microorganismos de una sola variedad o de varias.
Esas estructuras incrementan la resistencia de las bacterias a los factores medioambientales adversos, lo cual ocasiona que los antibióticos no sean efectivos ante ellas. Llegan a ser tan especializadas que en ocasiones se les denomina consorcios y cada una tiene un rol específico, dijo.
Para eliminarlas, tradicionalmente se utilizan métodos químicos o abrasivos, como pastas de dientes o enjuagues bucales o bien la intervención de los dentistas. Sin embargo, afirmó Rivero Cruz, ello se puede prevenir al evitar que éstas se asocien o se adhieran al diente.
De esta manera, el proyecto de investigación dirigido por Rivero Cruz –en donde también participan Fernando Gabriel Brindis Hernández, estudiante de la maestría en Ciencias Químicas, y Christine D. Wu, del Department of Pediatric Dentristry de la Universidad de Illinois, Estados Unidos– busca compuestos antibacterianos que inhiban la formación de bioplaca o que incluso destruyan a los microorganismos.
Se decidió “estudiar a la ciruela pasa porque existen reportes de que ésta se utiliza en otros países para conservar carnes, lo cual indicaba cierta capacidad antibacteriana –refirió–. Al analizar en el laboratorio este fruto, actualmente utilizado sólo como laxante, se encontró que contiene un compuesto, el triterpenoide, efectivo contra las bacterias de la boca”.
Ello, dijo, es esperanzador pues eventualmente podría llegarse a la formulación adecuada para evitar la formación de bioplaca no sólo en los dientes, sino en las prótesis dentales, causante del rechazo de estas piezas por parte de los pacientes.
José Fausto Rivero Cruz, quien cursó la licenciatura en Química Farmacéutica Biológica y la maestría y doctorado en Ciencias Químicas en la FQ, también estudia las propiedades antibacterianas de otras frutas como el nanche y el capulín.
Fuente: Universidad Nacional Autónoma de México (Boletín UNAM-DGCS-763)
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