· Científicos del Instituto de Ingeniería, en coordinación con diversas instituciones mexicanas de seguros, crearon este prototipo, dijo el investigador Eduardo Reinoso
· Permite calcular con mayor precisión la trayectoria e impacto de huracanes, maremotos, inundaciones y avalanchas de lodo y granizo, agregó
· Es un servicio que operan las empresas del sector catastrófico, explicó el coordinador de este proyecto
El Instituto de Ingeniería (II) de
El académico agregó que se trata del prototipo más avanzado de México y el resto de América Latina, y se aplicará en toda la región, donde se tienen desplegados los patrones de sismos para Colombia, Chile, Perú, Nicaragua, Panamá y Costa Rica.
El nuevo Modelo de Riesgos, que el II preparó junto con
Permite fijar tarifas más exactas por cada zona de riesgo, calcular el reaseguro y contar con las reservas necesarias para enfrentar los peligros por fenómenos naturales añadió, por su parte, Mario Ordaz Schroeder, uno de los colaboradores.
Ayuda, asimismo, a una estandarización en este mercado, se puede realizar un cálculo de la pérdida máxima probable, y da a las empresas mayor certeza sobre la protección contratada, pues se cuenta con una herramienta para conocer el nivel de contingencia, afirmó.
Con su aplicación, aseveró, el perfil de solvencia y fortaleza financiera de las aseguradoras será mejor, toda vez que consiguen mayor precisión en el conocimiento de riesgo de cada bien amparado, estimar la prima a cobrarse por estos fenómenos, homogeneizar el mercado, y hacer las deducciones necesarias y contratar las coberturas de reaseguro apropiadas.
Es decir, dijo, empezarán a cobrar una tarifa que dependa directamente de la peligrosidad que enfrenten las compañías y personas que soliciten un servicio de este tipo, para amparar edificios, naves industriales y demás contenidos.
El nuevo sistema de medición, concluyó Reinoso, posibilitará estimar los daños que se presentarían en construcciones si ocurre un fenómeno de diversa naturaleza, es decir, qué tan vulnerables son las casas, antenas, hoteles y construcciones ante la ocurrencia de un evento hidrometeorológico.
Fuente: Universidad Nacional Autónoma de México (Boletín UNAM-DGCS-753)
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