· La biodiversidad, alternativa para crear fármacos antimicrobianos, dijo en la UNAM el líder en microbiología industrial, Arnold Demain
· Al dictar dos conferencias en la Facultad de Química lamentó la disminución de estos productos en el mercado
El surgimiento de nuevas enfermedades en los últimos 25 años plantea la necesidad de producir más antibióticos para abaratar costos, así como crear otros de mayor efectividad, aseguró en la UNAM Arnold L. Demain, líder mundial en microbiología industrial e investigador del Charles A. Dana Research Institute para Científicos Eméritos de la Universidad de Drew.
Al impartir en la Facultad de Química (FQ) las conferencias Genetics: the key to success in industrial microbiology and biotechnology, y Natural products and the future of drug discovery, Demain lamentó que en los últimos años haya disminuido el número de fármacos antimicrobianos que se lanzan al mercado porque representan una alta inversión, ante lo que las compañías prefieren concentrarse en medicamentos para enfermedades crónicas, de uso diario.
El investigador señaló que una de las alternativas para lograr nuevos antibióticos puede ser la explotación racional de la biodiversidad.
Al recordar que México se cuenta entre las naciones megadiversas, expuso que en tres gramos de suelo hay 20 mil bacterias conocidas pero 500 mil sin identificar, por lo que las técnicas que permiten analizar el material genético de las segundas y cultivarlas, pueden ser útiles para encontrar nuevos organismos con novedosas capacidades.
En la primera ponencia explicó que la microbiología industrial, la cual se ocupa de la producción a gran escala de compuestos de origen microbiano, tiene aplicaciones importantes en el cuidado de la salud y el tratamiento de padecimientos, fundamentalmente en la generación de sustancias con actividad farmacológica como los antibióticos.
En presencia de Eduardo Bárzana García, director de la FQ; Jorge Vázquez Ramos, secretario académico de Investigación y Posgrado, así como de destacados investigadores, académicos y alumnos universitarios, el científico detalló que existen antibióticos nuevos, los cuales se aplican en organismos que han evolucionado al generar resistencias a los ya existentes, mientras que hay otros que son tóxicos.
Para lograr que estos últimos sean eficaces deben combinarse con alguna técnica biotecnológica, como los anticuerpos monoclonales dirigidos a algún tejido específico afectado por cáncer o infección, para reducir el daño al resto del organismo.
Se refirió también a las estatinas, fármacos que tienen un gran mercado en la actualidad para combatir enfermedades cardiovasculares porque ayudan a reducir el colesterol. Éstas se habían aislado inicialmente como antibióticos, pero hoy ya tienen una aplicación y ocupan un nicho de mercado de varios millones de dólares.
Además, mencionó otros medicamentos como el taxol, utilizado como anticancerígeno, el cual se obtiene a un costo alto de plantas, el cual podría ser producido por microorganismos.
Al referirse a la rifamicina, expuso que originalmente se estudió como antibiótico y hoy se aplica como inmunosupresor para realizar trasplantes e injertos de tejidos.
Estos son ejemplos, dijo, de fármacos que se descubrieron hace varios años con un propósito perfectamente definido y que en la actualidad tienen un uso efectivo, pero diferente al original.
A partir del hallazgo de la penicilina, se comenzaron a producir metabolitos por fermentaciones, lo que requirió establecer las bases científicas para lograr incrementar la producción y buscar nuevos organismos, continuó.
Arnold L. Demain empezó a trabajar con los cultivos que producen la vitamina B12 y posteriormente se enfocó al diseño de técnicas de selección y mejoramiento en los rendimientos de microorganismos que generan sustancias activas. Gracias al diseño de estos procedimientos ha sido posible encontrar cepas productoras de antibióticos, aminoácidos, aditivos, colorantes y enzimas.
Trayectoria de Arnold Demain
Arnold Demain es un reconocido investigador en Microbiología y Biotecnología, realizó sus estudios de licenciatura y maestría en Bacteriología en la Universidad del Estado de Michigan (1949 y 1950) y obtuvo el grado de Doctor en la Universidad de California (Davis y Berkeley) en 1954.
Trabajó en Merck & Co en Microbiología (1954-1964), fue fundador y jefe del Departamento de Fermentaciones de la misma compañía (1965-1969) y profesor en Microbiología Industrial en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (1969-2001).
Cuenta con numerosos premios y reconocimientos y es miembro de las Academias de Ciencias de México, Estados Unidos y Hungría, de la Academia Americana de Microbiología y de la Sociedad de Microbiología Industrial, entre otras.
Doctorado Honoris Causa por las universidades de Japón, España, Alemania, Corea e Inglaterra. Sus intereses profesionales incluyen la regulación de las fermentaciones microbianas, las biotransformaciones y los productos naturales. Ha publicado más de 500 artículos científicos, es coeditor y coautor de 12 libros y ha desarrollado 21 patentes en Norteamérica.
Además, su trabajo como formador de recursos humanos sobresalientes, muchos de ellos mexicanos, es ampliamente reconocido a nivel mundial. Su trascendente trayectoria es reflejo de alta calidad y nivel como investigador. Incluso una bacteria lleva su nombre.
· Al dictar dos conferencias en la Facultad de Química lamentó la disminución de estos productos en el mercado
El surgimiento de nuevas enfermedades en los últimos 25 años plantea la necesidad de producir más antibióticos para abaratar costos, así como crear otros de mayor efectividad, aseguró en la UNAM Arnold L. Demain, líder mundial en microbiología industrial e investigador del Charles A. Dana Research Institute para Científicos Eméritos de la Universidad de Drew.
Al impartir en la Facultad de Química (FQ) las conferencias Genetics: the key to success in industrial microbiology and biotechnology, y Natural products and the future of drug discovery, Demain lamentó que en los últimos años haya disminuido el número de fármacos antimicrobianos que se lanzan al mercado porque representan una alta inversión, ante lo que las compañías prefieren concentrarse en medicamentos para enfermedades crónicas, de uso diario.
El investigador señaló que una de las alternativas para lograr nuevos antibióticos puede ser la explotación racional de la biodiversidad.
Al recordar que México se cuenta entre las naciones megadiversas, expuso que en tres gramos de suelo hay 20 mil bacterias conocidas pero 500 mil sin identificar, por lo que las técnicas que permiten analizar el material genético de las segundas y cultivarlas, pueden ser útiles para encontrar nuevos organismos con novedosas capacidades.
En la primera ponencia explicó que la microbiología industrial, la cual se ocupa de la producción a gran escala de compuestos de origen microbiano, tiene aplicaciones importantes en el cuidado de la salud y el tratamiento de padecimientos, fundamentalmente en la generación de sustancias con actividad farmacológica como los antibióticos.
En presencia de Eduardo Bárzana García, director de la FQ; Jorge Vázquez Ramos, secretario académico de Investigación y Posgrado, así como de destacados investigadores, académicos y alumnos universitarios, el científico detalló que existen antibióticos nuevos, los cuales se aplican en organismos que han evolucionado al generar resistencias a los ya existentes, mientras que hay otros que son tóxicos.
Para lograr que estos últimos sean eficaces deben combinarse con alguna técnica biotecnológica, como los anticuerpos monoclonales dirigidos a algún tejido específico afectado por cáncer o infección, para reducir el daño al resto del organismo.
Se refirió también a las estatinas, fármacos que tienen un gran mercado en la actualidad para combatir enfermedades cardiovasculares porque ayudan a reducir el colesterol. Éstas se habían aislado inicialmente como antibióticos, pero hoy ya tienen una aplicación y ocupan un nicho de mercado de varios millones de dólares.
Además, mencionó otros medicamentos como el taxol, utilizado como anticancerígeno, el cual se obtiene a un costo alto de plantas, el cual podría ser producido por microorganismos.
Al referirse a la rifamicina, expuso que originalmente se estudió como antibiótico y hoy se aplica como inmunosupresor para realizar trasplantes e injertos de tejidos.
Estos son ejemplos, dijo, de fármacos que se descubrieron hace varios años con un propósito perfectamente definido y que en la actualidad tienen un uso efectivo, pero diferente al original.
A partir del hallazgo de la penicilina, se comenzaron a producir metabolitos por fermentaciones, lo que requirió establecer las bases científicas para lograr incrementar la producción y buscar nuevos organismos, continuó.
Arnold L. Demain empezó a trabajar con los cultivos que producen la vitamina B12 y posteriormente se enfocó al diseño de técnicas de selección y mejoramiento en los rendimientos de microorganismos que generan sustancias activas. Gracias al diseño de estos procedimientos ha sido posible encontrar cepas productoras de antibióticos, aminoácidos, aditivos, colorantes y enzimas.
Trayectoria de Arnold Demain
Arnold Demain es un reconocido investigador en Microbiología y Biotecnología, realizó sus estudios de licenciatura y maestría en Bacteriología en la Universidad del Estado de Michigan (1949 y 1950) y obtuvo el grado de Doctor en la Universidad de California (Davis y Berkeley) en 1954.
Trabajó en Merck & Co en Microbiología (1954-1964), fue fundador y jefe del Departamento de Fermentaciones de la misma compañía (1965-1969) y profesor en Microbiología Industrial en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (1969-2001).
Cuenta con numerosos premios y reconocimientos y es miembro de las Academias de Ciencias de México, Estados Unidos y Hungría, de la Academia Americana de Microbiología y de la Sociedad de Microbiología Industrial, entre otras.
Doctorado Honoris Causa por las universidades de Japón, España, Alemania, Corea e Inglaterra. Sus intereses profesionales incluyen la regulación de las fermentaciones microbianas, las biotransformaciones y los productos naturales. Ha publicado más de 500 artículos científicos, es coeditor y coautor de 12 libros y ha desarrollado 21 patentes en Norteamérica.
Además, su trabajo como formador de recursos humanos sobresalientes, muchos de ellos mexicanos, es ampliamente reconocido a nivel mundial. Su trascendente trayectoria es reflejo de alta calidad y nivel como investigador. Incluso una bacteria lleva su nombre.
Tomado de: UNAM
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