jueves, 13 de marzo de 2008

PRESENTAN ALTOS RIESGOS, LOS FETOS DE EMBARAZADAS FUMADORAS

· Entre las características, figuran bajo peso al nacer, muerte súbita, neumonía, bronquitis, otitis y asma, afirmó la catedrática de la Facultad de Psicología de la UNAM, Nazira Calleja Bello

· Las mujeres en esa condición tienen alta probabilidad de embarazo ectópico, aborto, muerte fetal y neonatal, entre otros, dijo en la conferencia ¿Bebés fumadores?

· En el mundo, cinco millones de personas mueren cada año por enfermedades atribuibles; en México, fallecen 150 individuos todos los días por esa misma razón, informó

El feto de una embarazada que fuma puede presentar problemas como sistema inmunológico debilitado, desarrollo deficiente del aparato respiratorio, incremento de biomarcadores carcinogénicos, así como riesgos de bajo peso al nacer, muerte súbita, neumonía, bronquitis, otitis media y asma, advirtió la catedrática de la Facultad de Psicología de la UNAM, Nazira Calleja Bello.

Además, las mujeres en esa condición tienen alta posibilidad de embarazo ectópico, aborto, muerte fetal y neonatal, placenta previa, ruptura anticipada de membranas y parto prematuro. En las lactantes, se puede manifestar reducción del aporte y en la calidad de la leche, agregó.

En los infantes existe peligro de retraso en el crecimiento y el aumento de enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, cólicos, déficit de atención e hiperactividad, aseguró en la conferencia ¿Bebés fumadores?, en el Palacio de Minería.

Se ha observado también que en la mujer, en general, el consumo de cigarros igual al de los varones produce efectos agravados, pues hay mayor adicción a dosis más bajas; por tanto, alertó, existe una mayor dificultad para dejar este vicio.

A ellas, particularmente, les puede provocar alteraciones estrogénicas y ováricas: menstruación dolorosa, fertilidad reducida, menopausia prematura, cáncer cérvico-uterino y de mama, así como osteoporosis, además de depresión y ansiedad, trastornos alimentarios y riesgo de suicidio.

Fumar es la principal causa de muerte evitable. En el mundo, cinco millones de personas mueren cada año por enfermedades atribuibles al tabaco; en México, fallecen 150 individuos todos los días por esa misma razón, añadió.

Por tanto, la pregunta es por qué se fuma tanto si tiene demasiadas consecuencias negativas, qué tiene “de maravilloso”, por qué atrae a tanta gente, pues no respeta edad, sexo ni ubicación geográfica, cuestionó Calleja Bello. Entre las cuatro mil sustancias químicas que lo componen la más importante es la nicotina, que se ha comprobado es la droga más adictiva que existe, incluso comparada con la heroína, la cocaína y el alcohol.

Ésta llega en siete segundos al cerebro: en el lóbulo frontal hay receptores que aumentan conforme la persona inhala más, por tanto cada vez pide un incremento. Además de la dependencia física, está la psicológica, señaló.

Quien consume una cajetilla tiene su organismo expuesto a la droga las 24 horas. Además, este producto tiene la característica de que juega dos papeles: es estimulante y relajante, y le fueron adicionados componentes, para hacer más sabroso y adictivo: por ejemplo, resaltó, tienen acetona, que usan las mujeres para quitar el barniz de las uñas, y arsénico, para matar ratas.

Otro aspecto que influye es la publicidad. A través de los anuncios le hacen creer al consumidor, que tendrá ganancias fundamentalmente en su personalidad, sostuvo.

El problema empezó a crecer cuando el producto fue industrializado, pues el acceso se masificó: cada día se generan en el mundo 15 mil millones de cigarros, tan sólo en México, 137 millones. También se incrementó desde que consiguió aumentar el tiempo que permanecen prendidos, lo que es un gran logro de la industria tabacalera

No hay distancia segura entre los niños y el humo. Ningún sistema de ventilación es suficiente para eliminarlo. Aunque no se perciba, sus tóxicos se respiran. “Se dice que aún después de tres horas de que alguien fumó en una habitación hay restos de las sustancias, además lo que queda se impregna en la ropa y tapices, y tarda meses en desaparecer”, aclaró.

Así, “donde hay humo, hay veneno”. Es inexistente un nivel seguro de exposición al humo del tabaco, concluyó Calleja Bello. Por ello, si alguien quiere fumar que lo haga, pero en lugares abiertos. La cuestión es que de cada diez que lo quieren dejar de hacer sólo dos lo logran.

Créditos: Universidad Nacional Autónoma de México (www.unam.mx)

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