- Georgina Montemayor, de la Facultad de Medicina de la UNAM, señaló que con esa práctica se forman redes neuronales en las zonas relacionadas con las decisiones
- Se asocia a procesos de estimulación y evocación, mejora las habilidades para evaluar conflictos y prestar atención, y el procesamiento cognitivo, dijo
- También retrasa y previene los efectos del Alzheimer, y alivia las condiciones de aquellos que la padecen, con sólo 30 minutos diarios
Hacer ejercicio rejuvenece y provoca la regeneración de las neuronas, gracias a que retarda los efectos de la vejez en el cerebro y en todo el organismo, informó la académica de la Facultad de Medicina de la UNAM, Georgina Montemayor Flores.
La edad genera un declive que se observa en la pérdida de la corteza prefrontal, parte del encéfalo que tarda más en desarrollarse —hasta la adolescencia—, pero que es la primera en desaparecer en la senectud. Es el lugar donde se toman las decisiones, agregó.
Esta porción tarda mucho en crecer y se conecta directamente con el lado emocional, por eso es que en la adolescencia los jóvenes no saben exactamente qué quieren, explicó, los niños carecen de ella y los ancianos la pierden rápidamente.
La práctica del ejercicio aeróbico, aquel que demanda grandes cantidades de oxígeno, permite que las fibras neuronales crezcan y las neuronas se conecten mejor, abundó.
Con su práctica se forman redes neuronales, principalmente en el lóbulo frontal y en la corteza anterior del cíngulo, ambos relacionados con la toma de decisiones. Además aumenta las conexiones con el lóbulo temporal, donde se almacena la memoria, y con otras zonas de vinculación, indicó.
Este paso se agrupa con procesos de estimulación y evocación, se optimizan las habilidades para evaluar conflictos y prestar atención, primer paso para aprender, y también refuerza lo que se conoce como procesamiento cognitivo y el factor neurotrófico, asociado a la memoria de largo plazo, el crecimiento y la sobrevida de las neuronas, refirió.
Por años se han estudiado los beneficios del ejercicio. Se sabe que ayuda a la circulación sanguínea, porque al contraer los músculos se masajean las arterias, y también provoca que la sangre transite con menos carga hasta el corazón, destacó.
También se sabe que las contracciones suaves estimulan los huesos y evitan la pérdida de material óseo. Por ello, se recomienda a personas mayores de cuarenta años, acompañado de prácticas como las pesas, añadió.
Georgina Montemayor aseguró que desde la época de los sesenta se hablaba de los beneficios que podría tener el deporte en la actividad cognitiva del ser humano.
Cuando estuvieron de moda los aeróbicos, expuso, donde se hacían ejercicios de derecha a izquierda, se manejaba la lateralidad; en las residencias de adultos mayores se observó que éstos mejoraban en sus respuestas en las pruebas de inteligencia o en las de actividad cognitiva.
Los estudios se han aplicado a personas mayores de 55 años, y se ha comprobado que aquellas susceptibles a contraer Alzheimer, retardan por años su aparición, para aquellos que ya la padecen, mejoran de manera importante, apuntó.
Con tan sólo 30 minutos al día de ejercicio aeróbico, como caminar, nadar, andar en bicicleta o correr, se logra mantenerse joven y alegre, porque también esta actividad libera serotonina, sustancia que se pierde en estados de depresión, expresó.
La edad no sólo se ve reflejada en una piel tersa, también se observa en la actitud y en la manera de pensar. Existen pruebas para medir la edad de un cuerpo, donde se contemplan factores como la capacidad respiratoria, la tolerancia al ejercicio y la rigidez de las arterias. El activamiento provoca que cuando se hacen las pruebas, las personas resulten más jóvenes de lo que son cronológicamente y viceversa.
Todos envejecen, pero haciendo ejercicio se pueden retardar sus efectos por lo menos siete años, con lo que además se tendrá una mejor calidad de vida, concluyó la especialista.
Créditos: Universidad Nacional Autónoma de México (www.unam.mx)
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