· Esther Zúñiga Macías, de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, indicó que en México viven alrededor de dos millones de personas en esta situación
· En el mundo, según la ONU, 650 millones de personas padece algún tipo de discapacidad, recordó
En México aún no se encuentran oportunidades reales de trabajo para las personas con capacidades diferentes, ni posibilidades para que accedan a la capacitación o educación formal, afirmó Esther Zúñiga Macías, de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) el país tiene alrededor de dos millones de personas con algún tipo de discapacidad; la UNESCO, a su vez, establece que 90 por ciento de niños con invalidez no asiste a la escuela. Además de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, la tasa de desempleo de esta población fluctúa entre el 80 y 90 por ciento.
La experta en discapacidad por la Universidad de Madrid, aseguró que la mayoría de los problemas que enfrenta una persona en esta situación se enfoca al terreno social.
Sólo se habla de una integración al resto de la comunidad, de la necesidad de tener acceso a la educación, a la salud, al trabajo o a la recreación; de contar con una vida plena, de ser respetados y considerados, agregó.
Recordó que en agosto de 2006, la Organización de las Naciones Unidas dio a conocer que alrededor del 10 por ciento de la población mundial, es decir, 650 millones de personas, vive con algún tipo de discapacidad.
Esta cifra, dijo, está en constante aumento debido al crecimiento de la población, a los avances de la medicina y al proceso de envejecimiento; es decir, en los países donde la esperanza de vida es superior a las siete décadas, alrededor de ocho años o el 11.5 por ciento de la vida de un individuo transcurre en estas condiciones.
En los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las tasas de discapacidad son notablemente más altas entre los grupos con menores logros educacionales. El promedio es de 19 por ciento, en comparación con el 11 de quienes tienen más educación.
Además, en la mayoría de las naciones integradas a esa Organización, las mujeres en estas circunstancias tienen una incidencia más alta que los hombres. El 80 por ciento de individuos vive en países en desarrollo.
De igual manera, agregó Zúñiga Macías, de acuerdo con la UNESCO, la tasa mundial de alfabetización de adultos con discapacidad llega solamente al tres por ciento y, en el caso de las mujeres, al uno.
Esta situación afecta también a los integrantes de la familia y su entorno, toda vez que ellos se ven desplazados de la misma oportunidad de trabajar y de contar con un proyecto de vida propio.
Muchos países, detalló la académica, han tenido avances al crear leyes que favorecen a esas personas; sin embargo, las disposiciones, caso del Distrito Federal, tardaron 11 años en hacer el reglamento para poderse aplicar.
Si las personas con capacidades diferentes no representan realmente un sector mayoritario, el gasto social se reduce para ellos, y las políticas sociales se quedan siempre cortas en función de la problemática, concluyó.
Fuente: Universidad Nacional Autónoma de México (Boletín UNAM-DGCS-005)
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