Javier Solórzano Herrera.
La sociología peligrosa brinda herramientas a los individuos para que con el más puro y sencillo sentido común, se rebelen contra el estado de situaciones que permiten la injusticia y la desigualdad, asegura el maestro César Antonio Cisneros Puebla, académico de
En el artículo “Hacia una sociología peligrosa: metodología crítica para una sociedad en movimiento”, que aparece en el número 3 de la revista Topodrilo, editada por
El profesor-investigador del Departamento de Sociología explica qué peligroso es reinventar el humanismo para luchar por sociedades justas, en tiempos donde “el olvido de que somos de “carne y hueso” ha llevado a nuestras prácticas como sociólogos al servicio de un orden que parece no tener fin”.
Arqueología de la “poca realidad”
El especialista en psicología social sostiene que sociología peligrosa es también una arqueología de la “poca realidad” de la que nadie habla, observa y que ha sido silenciada.
Aquella que no es vista, prosigue, ni aparece en los maletines de los sociólogos que son burócratas de cualquier tipo de gobierno, que se regocijan al ser vendedores ambulantes en el negocio del “conocimiento” o que son administradores culturales.
O el profesor universitario que aniquila espíritus libertarios de estudiantes, o los traficantes de puntos en el macro-negocio de la ciencia “normalizada” y controlada por los hombres de traje gris que conducen los destinos de esta nación.
Cisneros Puebla propone una serie de “prácticas peligrosas” que los profesionales de la disciplina deben experimentar dentro de la globalización de la academia y de cara a la brecha digital entre países.
Para el investigador es necesario el desarrollo de métodos autóctonos de conocimiento anclados a la experiencia cotidiana de las mayorías poblacionales. Dichos métodos, argumenta, no pueden ser sino de orientación cualitativa.
Vigor renovado
De igual modo, afirma que tienen que aprovecharse los instrumentos de la revolución digital para dotar al pensamiento sociológico de un vigor renovado, ya que “la publicación libre en Internet, por ejemplo, rompe los dominios de las empresas editoriales que nunca han estado interesadas en la ciencia y en el cambio social, sino en la ganancia”.
Pertenencia global
Los sociólogos deben construir otras metáforas para hablar de lo mismo, con el propósito de renovar el sentido de la pertenencia global y los sociólogos peligrosos “no le tememos a los giros del lenguaje, aunque sí huimos de aquellos que cambian de piel para seguir viviendo a la sombra del “estado de bienestar”.
Fuente: Universidad Autónoma Metropolitana
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