· Para ello, se propone crear la iniciativa NANO UNAM, que conjuntaría los esfuerzos en la materia que se llevan a cabo en esta casa de estudios
· Se pretende contribuir a cambiar el perfil de una nación importadora-consumidora de tecnología al de un país generador de innovación tecnológica: Sergio Fuentes, director del CNyN de la Universidad
· Para el integrante del Hitachi Global Storage, Ernesto Marinero, la UNAM debe ser la sede desde donde se impulse un programa en nanociencia y nanotecnología en México
Con el propósito de que la nanociencia y la nanotecnología sean el motor para el avance económico y el desarrollo del país, académicos de diversos centros e institutos de la Universidad Nacional trabajan para aglutinar los esfuerzos en esta materia, con la iniciativa NANO UNAM.
Con ella, se busca conjuntar los diversos esfuerzos que lleva a cabo esta casa de estudios en la materia: la Red de Grupos de Investigación en Nanociencias (REGINA), el Proyecto Universitario de Nanotecnología (PUNTA) y el Centro de Nanociencias y Nanotecnología (CNyN).
En este encuentro, el director del CNyN, Sergio Fuentes Moyado, dijo que con esta iniciativa buscan generar y fortalecer los lazos entre grupos de investigación y la industria a través de seminarios, encuestas y reuniones temáticas, entre otras actividades.
El objetivo, agregó, sería que la ciencia y la nanotecnología fuesen un mecanismo estratégico de creación tecnológica, y que se reconociera que el binomio investigación-innovación es un modelo para aumentar la competitividad.
De esa forma, apuntó, se pretende contribuir a cambiar el perfil de una nación importadora-consumidora de tecnología al de un país generador de innovación tecnológica, y en el mejor de los casos, exportador de productos de gran plusvalía, y protagonista en los mercados internacionales.
En la Reunión NANO UNAM –celebrada en el auditorio Alejandra Jáidar, del Instituto de Física (IF), que contó con la presencia de su director Guillermo Monsiváis Galindo–, Fuentes Moyado señaló también que el propósito es hacer una propuesta alrededor de las nanociencias y la nanotecnología.
El integrante del Hitachi Global Storage, de San José California, Estados Unidos, Ernesto E. Marinero, subrayó que la Universidad Nacional debe ser la sede desde donde se impulse un programa en nanociencia y nanotecnología en México.
Se trata de una oportunidad en la cual el país, a través de esta casa de estudios, puede jugar un papel fundamental conjunto, a fin de promover no sólo las contribuciones científicas sino también tomar ventaja de los proyectos existentes en la propia institución.
Marinero opinó que al coordinar la investigación en nanociencias en el ámbito nacional, la UNAM podría impulsar las ciencias y el desarrollo de nuevas empresas en ese rubro, pues cuenta con un importante capital intelectual.
De esta manera, fomentaría el desarrollo de un programa nacional al más alto nivel; canalizaría el uso de nuevos conocimientos para crear empresas o fuentes de consultoría que impactaría el crecimiento del país.
En ese sentido, subrayó algunas de las áreas que podrían ser prioritarias: agricultura (administración eficiente del agua y los fertilizantes, así como herbicidas, pesticidas y especies resistentes), biomedicina (diagnosis y tratamiento de enfermedades y control de la salud), energía (producción y conversión), y medio ambiente (contaminación del aire y purificación del agua).
La nanociencia es la manipulación de átomos y moléculas en escalas nanométricas. Juega un papel relevante como motor en tecnologías de la informática, microelectrónica y síntesis de nuevos materiales; abre nuevos campos de oportunidades (biotecnología, biomedicina y fotónica), y novedosas industrias (energía, química farmacéutica, médica, de alimentos, medio ambiente y genética).
En su oportunidad, la investigadora del IF, Ana Cecilia Noguez Garrido, destacó que, históricamente, la nanociencia se ha cultivado en ese Instituto y en otros centros; sin embargo, en 2001 se reunieron algunos grupos experimentales y teóricos con la idea de analizar qué se podía hacer en la materia. En 2003 se formó REGINA.
Un año después, abundó, se comenzó a expandir REGINA a toda la Universidad, y en 2005, la UNAM comenzó el Proyecto Universitario de Nanotecnología (PUNTA) en materia Ambiental. A principios de este año, el Centro de Ciencias de la Materia Condensada cambió su denominación y se convirtió en el CNyN.
Al hablar de REGINA, Noguez Garrido señaló que su misión es la colaboración entre grupos de investigación en nanociencia, con el fin de generar proyectos interdisciplinarios, y cubrir las cuatro etapas fundamentales: síntesis y fabricación, caracterización, teoría y simulación, y exploración de aplicaciones potenciales.
Asimismo, pretende optimizar tanto la infraestructura humana como la experimental, y el sistema de cómputo, así como organizar eventos académicos sobre el tema, bajo los intereses de los grupos participantes; difundir el trabajo de investigación de manera organizada entre la academia, la industria y la sociedad, y representar a la UNAM en las redes equivalentes, nacionales e internacionales.
Con REGINA se ha tratado de cambiar la visión sobre el trabajo multidisciplinario, mediante objetivos comunes, hay proyectos de investigación, se han formado recursos humanos con esta visión, organizado conferencias, y se ha optimizado el uso de los recursos; también se cuenta con un portal y un correo electrónico.
Créditos: DGCS Universidad Nacional Autónoma de México (www.dgcs.unam.mx)
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