· No podemos estar conformes con que se destine sólo el 0.4 por ciento del PIB a la ciencia, dijo el rector de la UNAM
· Tiene que haber un compromiso conjunto para impulsar políticas públicas en este sentido, indicó
· El discurso sin recurso, es pura demagogia; es algo que ya no lo necesita ni lo quiere el país, estableció
Si México no le apuesta a la ciencia se incrementará la dependencia y se perderá soberanía, advirtió el rector de la Universidad Nacional, José Narro Robles. No podemos estar conformes con que se destine sólo el 0.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a la investigación científica, dijo.
Por ello, tiene que haber un compromiso del gobierno, de las estructuras de los poderes públicos y del conjunto de la sociedad para impulsar las acciones en este sentido. No es una responsabilidad de una persona o una institución, estableció en la sesión plenaria del encuentro Espacio Vanguardia 2008, Herramientas para controlar el futuro: educación y salud.
En un diálogo con los estudiantes asistentes a este foro, que compartió con el secretario de Salud, José Ángel Córdoba Villalobos, Narro Robles estableció que vencer esos retos requiere de políticas que incluyan el fortalecimiento de las instituciones públicas de educación básica, media y superior y el compromiso de la sociedad, para hacerle notar a los legisladores y a los representantes del Poder Ejecutivo que se trata de una verdadera prioridad.
Necesitamos más recursos, “porque el discurso sin recurso es pura demagogia y ello ya no lo necesita ni lo quiere el país”. Aunque también tiene que convencerse a los empresarios de que vale la pena apostar en la ciencia, indicó.
No podemos conformarnos cuando países como Brasil destinan a la ciencia el doble que México y ni qué decir de naciones como Estados Unidos, Israel o España, añadió.
En materia presupuestal, el rector Narro señaló que México es una nación con baja recaudación fiscal en comparación con los niveles internacionales.
Por ello, resaltó la importancia de controlar el gasto y, especialmente, el público; además, que los recursos disponibles se inviertan donde realmente se requieren. “¿Seguimos haciendo rescates o rescatamos lo social, le metemos a la ciencia y a la tecnología o gastamos en otras cosas?”, puntualizó.
Tanto en materia de salud como en educación, añadió, tiene que haber un compromiso con lo público, sin que ello implique que todo deba ser en esa dirección, pero sí obedecer a una política pública decidida en estos ámbitos.
Más adelante, citó que en México todavía hay seis millones de mexicanos mayores de 15 años que no saben leer ni escribir y planteó que ello representa una vergüenza para la sociedad en su conjunto.
Pero además, el rezago educativo está determinado por los 10 millones de mexicanos adicionales que no han terminado la instrucción primaria y los 17 millones más que aún no concluyen la secundaria, precisó. Si no nos apresuramos nos rezagaremos aún más.
En las universidades –aclaró–, no podemos caer en la tentación de formar profesionales buenos para llenar solicitudes de trabajo. Tenemos que formar profesionistas comprometidos con la sociedad y con los valores bien compartidos.
La formación educativa debe considerar el compromiso con México aunque a veces parece algo del pasado, premoderno. Debe haber valores con peso en una ética laica vinculados, por ejemplo, a la solidaridad. Nos estamos acostumbrando a que este mundo es sólo para competir y no para compartir.
Ésta es una sociedad –resumió–, que debe entender que el secreto del éxito no se puede medir exclusivamente en pesos y centavos o en dólares y que entre más rápido se haga es mejor. “Nos estamos equivocando y el privilegio de trabajar desde la educación es que ahí se pueden transformar muchas situaciones inconvenientes para el país”.
En un diálogo posterior con estudiantes, el rector de esta casa de estudios, indicó que para cambiar al país se requiere favorecer y fortalecer el sentido ciudadano que implica reclamar derechos, pero también entender compromisos y obligaciones con la nación.
Los mexicanos necesitan creer más en ellos mismos y en su historia; tener mayor convicción sobre sus actividades; requieren encontrar su identidad, enfatizó.
Posteriormente, se reunió con los 26 estudiantes y cuatro académicos que acudieron al foro, provenientes de las facultades de Ciencias Políticas y Sociales, Ingeniería, Contaduría y Administración, Química, Odontología, Filosofía y Letras, Psicología y Derecho, de la Escuela Nacional de Trabajo Social y de las FES Acatlán y Aragón.
Créditos: DGCS Universidad Nacional Autónoma de México (www.dgcs.unam.mx)
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