· Especialistas de la Facultad de Química trabajan en el perfeccionamiento de humedales artificiales
· El integrante de esa entidad, Víctor Luna Pabello, dijo que en México menos del 25 por ciento del agua que se utiliza es tratada
· Esta tecnología reduce entre 96 y 98 por ciento la materia orgánica del agua, y alrededor del 99.6 por ciento de los microorganismos
Ante la escasez del agua en el país y los altos niveles de contaminación de los cuerpos hidrológicos, académicos de la UNAM impulsan los humedales, técnica prehispánica para tratar las aguas residuales.
El académico de la Facultad de Química (FQ), Víctor Luna Pabello, explicó que en México no se colecta más del 25 por ciento del agua que debería ser tratada, de la que se capta no se procesa toda, y de la que se limpia no toda se utiliza.
Este tipo de tecnología reduce entre 96 y 98 por ciento la materia orgánica del recurso, y alrededor del 99.6 por ciento de los microorganismos. No obstante, aclaró, a pesar de ser un porcentaje alto, si el líquido contiene un millón o diez millones de bacterias y se le despoja el 99.6, todavía queda una cantidad que debe ser clorada, de acuerdo con la normatividad establecida.
Prácticamente, todos los cuerpos hídricos tienen problemas por la presencia de residuos, sobre todo los que se ubican en el Distrito Federal, incluidos los lagos artificiales, porque están alimentados por plantas de tratamiento de aguas residuales que no fueron diseñadas para eliminar nutrimentos, sino para despojarlos de elementos carbonosos disueltos y disminuir contaminantes sedimentables y suspendidos, expuso.
En cambio, esta técnica –abundó el biólogo universitario–, permite controlar la desinfección sin utilizar cloro, sino un sistema que no produzca compuestos organoclorados, y que tampoco genere contaminación adicional. Al agregar cloro, se forman compuestos que pueden ser carcinógenos para el hombre y otros seres vivos, alertó.
Por ello, los integrantes de la FQ propusieron la utilización de humedales artificiales para el sistema de canales de Xochimilco, porque mejorarían la calidad de los cultivos y no tendrían microorganismos patógenos o prohibidos por la norma.
Tampoco se formarían malos olores ni focos de infección, porque se controlarían esas entradas y no desprenderían aromas desagradables, como ácido sulfhídrico, que además de provocar dolor de cabeza es insalubre, no se permitiría el desarrollo de organismos indeseables y, además de la parte estética, el agua podría usarse en los jardines del lugar.
El proceso de saneamiento de Xochimilco, expresó Luna Pabello, ha propiciado que gente de algunas comunidades, como las de San Gregorio Atlapulco, esté interesada en que se les asesore, para que con esta tecnología puedan obtener líquido de mejor calidad para producir vegetales prácticamente libres de patógenos y de contaminantes, así como para la preservación de la vida silvestre.
En una siguiente etapa, se buscará desinfectar por completo el volumen que se introduce. Por lo pronto, se le despojó del nitrógeno y el fósforo, pero todavía quedan bacterias por eliminar, sobre todo porque en los canales se introducen aguas residuales tratadas provenientes de la planta del Cerro de la Estrella, recordó.
La tecnología
Los humedales artificiales son sistemas diseñados y construidos para tratar aguas residuales, en los que se aumenta la capacidad depuradora o eficiencia de tratamiento, mediante la optimización de los procesos físicos, químicos y biológicos que ocurren en esos ecosistemas.
Eran utilizados por los mayas, los xochimilcas y los aztecas, inclusive a manera de islas flotantes, y en Europa, los alemanes redescubrieron esta tecnología y en 1970 empezaron a controlar la elaboración de este tipo de modelos, con el fin de explorar su funcionamiento.
También se les conoce como pantanos artificiales; se trata de un ecosistema complejo de sustratos saturados, vegetación o macrófitas y agua, cuyo objetivo es la remoción de la mayor cantidad de contaminantes a través de mecanismos de depuración, como la eliminación de sólidos suspendidos por sedimentación y filtración, y biodegradación de materia orgánica por microorganismos aerobios y anaerobios.
Asimismo, se aplica la supresión de patógenos por sedimentación, filtración, toxicidad por antibióticos producidos por las raíces de las macrófitas, absorción en partículas de arcilla y la acción predadora de otros organismos, y remoción de metales pesados.
Existen diferentes tipos de humedales artificiales, que se utilizan dependiendo de las condiciones del agua, del espacio disponible, de las comunidades cercanas a la zona y del ecosistema. Además, hay varios factores que favorecen el uso de un tipo a otro. Se pueden crear arreglos con cada uno de estos sistemas, obteniendo resultados adecuados a las necesidades particulares del lugar.
Para cualquier método de tratamiento, se requiere pensar en las características de recurso que se quiere obtener, los contaminantes que posee ese líquido, los compuestos que se pretende retirar de él, la cantidad a tratar, y el ecosistema que rodearía a la planta.
Una de las ventajas, mencionó Luna Pabello, es que utiliza poca energía, se requiere mantenimiento tipo jardinería, del que mucha gente del campo tiene conocimiento, aunque se necesita asesoría.
Lo que se busca con el nuevo humedal es hacerlo más eficiente, es decir, que con la utilización de una menor superficie sea posible obtener más agua. Si bien “no se pretende que esta tecnología resuelva todos los problemas del líquido en el país, si se busca que sirva a la nación, porque en México no se colecta más del 25 por ciento del recurso”.
El biólogo universitario subrayó que la contaminación hídrica es un grave problema, pero no se proyecta sea resuelto por los humedales, sino que éstos contribuyan a mejorar el entorno de la gente, sobre todo de los sectores que no cuentan con grandes recursos económicos.
En comparación con otros sistemas para tratar vertidos residuales, los humedales no producen lodos; pero la mayoría de las plantas de tratamiento aerobio sí los generan, apuntó.
Xochimilco y la zona chinampera
Gran parte de los volúmenes contenidos en los canales de Xochimilco, provienen de la planta de tratamiento del Cerro de la Estrella y de San Luis Tlaxialtemalco, así como aguas de drenaje clandestino. El último estudio sobre descargas negras en estos canales localizó dos mil puntos afectados. En éstas se reproducen peces como la carpa y la mojarra, y se encuentran especies endémicas como el ajolote, el acocil y el charal.
De acuerdo con los estudios, se ha detectado que existe daño a la salud humana cuando los lugareños obtienen peces del lago para consumo familiar, o para comercializarlos. Revelan que especies de carpa, acocil y ajolote no son aptos para la ingesta, por su alto contenido de metales pesados.
También hay reportes de que las concentraciones promedio de cadmio en las muestras de algunas hortalizas analizadas, como acelga, brócoli, coles de Bruselas y morada, coliflor y espinaca, regadas con agua de los canales, rebasaron el límite máximo permisible.
La contaminación en alimentos, plantas y animales locales es una realidad, los niveles de la mayoría de los metales en el agua no rebasan los límites máximos permisibles, con excepción del cadmio.
Por otro lado, Víctor Luna indicó que los estudios en torno a la perturbación en Xochimilco, han mostrado que la salud de los habitantes del agrosistema chinampero se encuentra en riesgo de ser gravemente afectada, debido a presencia de sustancias orgánicas y microorganismos de origen entérico.
Por ejemplo, dijo, la existencia de huevos de helminto como los de Ascaris lumbricoides, Hymenolepis nana, Trichuris trichiuria y Enterobius vermicularis, inducen el parasitismo en los habitantes de la zona chinampera, causándoles problemas intestinales. Otras especies de parásitos y patógenos encontrados fueron Giardia lamblia y Entamoeba histolítica.
El humedal artificial permitiría eliminar drásticamente el contenido de contaminantes orgánicos y microbianos, sirviendo de esta forma para el tratamiento y producción de agua útil para riego restringido y no restringido, así como para el cultivo de peces. Los lodos biológicos y sedimentos producidos se quedan en el sistema, y se pueden emplear para el cultivo de plantas no comestibles, refirió.
Por su parte, la chinampa se utiliza para la producción de hortalizas y especies de ornato. Además, aseguró, para su conformación y mantenimiento se incorporan lodos del fondo del lago, y se usa agua de los canales.
Cada una de estas formaciones, por ejemplo, llega a requerir alrededor de dos mil litros de agua cada tercer día, y un humedal pequeño en la propia chinampa puede proveer esa cantidad, mencionó. El único inconveniente posible es que el líquido contenga menos nutrimentos.
El especialista dijo que más que futura, esta tecnología debe estar presente, porque es claro que la disponibilidad de agua decrece, los niveles de contaminación son altos, no se colecta todo el líquido y hay dificultad para atender a zonas marginadas, aisladas, a las que no es posible llevarles sistemas convencionales de tratamiento.
Créditos: DGCS Universidad Nacional Autónoma de México (www.dgcs.unam.mx)
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