· El catedrático extraordinario de la FE de la UNAM, David Ibarra, dijo que la empresa debe consolidarse como un consorcio de clase mundial y fuente de ingresos
· El economista del CEIICH, Jorge Eduardo Navarrete López, reiteró que las soluciones propuestas en el diagnóstico y la iniciativa, son precarias y engañosas
· Participaron en la mesa redonda El desmantelamiento de PEMEX, en la Casa Universitaria del Libro
El debate sobre la reforma energética, en lo que toca a Petróleos Mexicanos (PEMEX), debiera centrarse en la eliminación de los obstáculos que estorban su desempeño como consorcio de clase mundial y como fuente de ingresos volcada al desarrollo interno, señaló el catedrático extraordinario de la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, David Ibarra Muñoz.
La descapitalización de PEMEX, reveló el ex secretario de Hacienda y Crédito Público, “ha sido brutal” y se ha producido de manera sistemática y deliberada desde hace tres o cuatro lustros.
Los rendimientos operativos han subido nueve veces entre 1995 y 2006, y las utilidades antes de los impuestos van de 68.9 a 584.4 mil millones de pesos; mientras que los impuestos se han acrecentado de 74.9 a 582.9 mil millones de pesos en el mismo periodo, agregó Ibarra.
El especialista participó en la mesa redonda El desmantelamiento de PEMEX, en la Casa Universitaria del Libro, donde los participantes coincidieron en que el diagnóstico y la iniciativa presentada en torno a la reforma energética en el país son deficientes, precarios y engañosos.
A su vez, el economista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), Jorge Eduardo Navarrete López, reiteró que las soluciones que se proponen en el diagnóstico y la iniciativa son precarias y engañosas.
Es importante que esta reforma sea examinada con detenimiento, propuso, porque sus consecuencias, lejanas del pleno desarrollo prometido, pueden ser enormemente costosas para la nación. Dicen que lo único que se puede hacer con PEMEX es privatizarlo, no en el sentido de vender la infraestructura, sino de abandonar la exclusividad del Estado en la explotación y el aprovechamiento.
Por su parte, la economista por la UNAM y ex subsecretaria de Hacienda, Ifigenia Martínez Hernández, se pronunció por impulsar un amplio debate en el ámbito nacional, con el fin de que se informe a la población en general de qué sucederá, cómo está la situación y hacia dónde se quiere ir.
La riqueza de los hidrocarburos pertenece a todos los mexicanos, es decir, la diferencia que hay entre el precio de venta del crudo y el costo de extracción es la renta bruta, que se debería utilizar para garantizar la industrialización del recurso y no quedarse como un país exportador de materas primas e importador de refinados y petroquímicos, concluyó.
Créditos: Universidad Nacional Autónoma de México (www.unam.mx)
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