· Afirmó Ana Lillian Martín del Pozzo, investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM
· Los estudios sobre vulcanología deben hacerse del conocimiento de las autoridades, para llevar a cabo planes de contingencia, sugirió
· Dictó la conferencia Los Volcanes y su Importancia en México, donde dijo que debe determinarse el tipo de actividad registrada y la distribución de flora y fauna
Las cenizas derivadas de una erupción volcánica tienen un significativo impacto en las vías respiratorias de los humanos, además de afectar de manera importante la vegetación del entorno, aseguró Ana Lillian Martín del Pozzo, investigadora del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.
Precisó que los estudios realizados sobre vulcanología deben hacerse del conocimiento de las autoridades, a fin de que recaben la información necesaria y, de este modo, diseñen y lleven a cabo planes de contingencia en caso de un fenómeno de esta naturaleza.
Al dictar la conferencia Los Volcanes y su Importancia en México, señaló que para elaborar investigaciones sobre estos colosos debe determinarse el tipo de actividad que hayan registrado, la distribución de sus depósitos, su influencia en el relieve, las poblaciones antiguas, así como la distribución de flora y fauna.
En el auditorio Tlayolotl del IGf, indicó que durante una erupción las cenizas pueden alcanzar hasta 18 kilómetros de altura, mismas que se dispersan hasta áreas lejanas del emisor. También se presentan nubes ardientes que son una mezcla gaseosa con fragmentos y pómez, mismas que varían según su fluidez.
Al referirse específicamente a los volcanes Popocatépetl, Colima y Chichón, recalcó que pueden estudiarse por diversos métodos: uno de ellos es el directo, durante el pleno estallido, y los indirectos, donde se mide a distancia a fin de saber la composición de los gases y su concentración.
Otro método de monitoreo, dijo, son las señales magnéticas con equipos que se encuentran sobre la estructura misma, que consignan signos como el nivel de sismicidad y sus productos, como partículas y diversos materiales.
Recordó que en los últimos años se han presentado exhalaciones en el Popocatépetl y erupciones en el volcán Chichón; este último impactó toda la parte oriental del país con sus cenizas y de manera importante a la atmósfera.
En tanto, el de Colima se ha caracterizado por tener una actividad explosiva cada 100 años. Su última emisión fue en 1913 y sus efectos tuvieron consecuencias considerables tanto en esa entidad como en zonas aledañas, subrayó Ana Lillian Martín del Pozzo.
Finalmente, comentó que muchos de los recursos naturales del país como el estaño, el fierro, el oro, y el líquido vital que es el agua, están íntimamente ligados a la distribución de las rocas volcánicas.
Tomado de: UNAM
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