lunes, 20 de agosto de 2007

AFECTAN CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS AL UNO POR CIENTO DE LOS NACIDOS EN MÉXICO CADA AÑO

  • Los cuales necesitan el uso de catéteres para su atención, al igual que quienes las adquirieron, dijo en la UNAM el especialista Héctor Osnaya Martínez
  • La enfermedad de Kawasaki, que produce lesiones en lengua, boca, palmas, plantas de los pies y en el propio órgano cardiaco, es su principal desencadenante, detalló
  • Deben detectarse de forma temprana, por el pediatra o médico general y con la participación de la madre, y requieren un manejo especializado, advirtió

La incidencia de cardiopatías congénitas en el país es del uno por ciento de los tres millones de niños que nacen vivos cada año, los cuales necesitan el uso de catéteres para su atención, al igual que quienes las adquirieron en el transcurso de su vida, aseguró en la UNAM el especialista Héctor Osnaya Martínez.

En la conferencia El cateterismo cardiaco en los niños, el jefe del Servicio de Cardiología del Instituto Nacional de Pediatría (INP) refirió que son muchas las formas como un corazón puede nacer mal. Por ejemplo, un pequeño puede mostrar las arterias o la válvula de la aorta enfermas.

En el Auditorio del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico explicó que en ese órgano existe una división absoluta entre una aurícula y otra, de tal manera que la sangre de una de ellas no pasa a la otra en ningún sentido; también hay una división entre un ventrículo y otro. Pero no siempre es de ese modo y, en ocasiones, hay un flujo hemático indebido.

Otros padecimientos consisten en la conexión arterial equivocada; normalmente, la pulmonar se conecta al ventrículo derecho y la aorta al izquierdo; lo contrario es incompatible con la vida. O bien, en la formación del “tronco” de una sola arteria, y la coartación o estrechamiento de la aorta, entre otras muchas, añadió.

En México la primera causa de cardiopatía adquirida se debía a la fiebre reumática, secundaria a una infección faríngea, que atacaba al corazón y producía daños; hoy es la enfermedad de Kawasaki, reveló, cuya causa aún se desconoce y produce lesiones en lengua, boca, palmas, plantas de los pies y en el propio órgano cardiaco.

Las congénitas necesitan un manejo integral. Deben detectarse de forma temprana, por el pediatra o médico general y con la participación de la madre, y requieren un manejo especializado. El cateterismo es parte del diagnóstico, y puede ser útil antes o después de una operación, precisó.

Su nombre deriva de los catéteres; de éstos últimos existen muchos tipos, como los que tienen agujeros en la punta para distribuir de manera uniforme lo que se quiera depositar en un ventrículo o arteria. Otros sirven para tomar electrocardiogramas, y algunos más para llevar un globo o estudiar las arterias coronarias, expuso.

Es el acto quirúrgico exploratorio que consiste en la introducción de dicho instrumento en un conducto o cavidad, que tratándose del corazón, puede ser en la aurícula o ventrículo derecho o arteria pulmonar, porque puede haber anomalías en ellas, aclaró.

Ese procedimiento puede servir para hacer diagnósticos o curar a un pequeño sin causarle grandes heridas. Se puede dilatar una arteria o válvula estrecha, cerrar la comunicación entre aurículas o ventrículos, o bien, abrir un orificio entre aurículas cuando esto mantiene la vida de un paciente mientras se hace un tratamiento definitivo, señaló.

También es útil para tomar una fracción o biopsia que pueda ser estudiada por el patólogo y señale si hay inflamación y de qué tipo; para extraer cuerpos extraños, “quemar” una zona para evitar alguna vía anormal que produzca arritmias o ablación de una vía anómala, o para colocar un marcapaso definitivo, precisó.

El cateterismo diagnóstico permite determinar el estado de un recién nacido con cardiopatía, o de un infante que fue operado y requiere ser revalorado para saber si necesita una nueva intervención; niños que necesitan valvuloplastia o angioplastia no quirúrgica, indicó.

Osnaya Martínez expresó que se precisa introducir el catéter por una vena o arteria, por ejemplo desde la ingle. Una vez que la punta de la aguja esté en el lugar requerido, se introduce una guía metálica, se retira la aguja y entran estos instrumentos.

Debe determinarse el trayecto de los mismos, ya sea por sitios normales o anormales. Por ejemplo, el camino del catéter puede ser: vena cava inferior, aurícula o ventrículo derecho, arteria pulmonar, o bien, aorta femoral, aorta descendente, arco aórtico, aorta ascendente o ventrículo izquierdo.

Algunos de esos dispositivos llevan en la punta un globo, que ya inflado permite agrandar sitios estrechos, como una arteria, y de ese modo evitar intervenciones. Éste es sólo uno de los múltiples beneficios del cateterismo cardiaco en pequeños, finalizó.

Tomado de: UNAM

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