No son suficientes los sinceros deseos y nobles esfuerzos para desarrollar las sociedades desde el ámbito educativo, mientras se limite el campo de acción de la educación al entorno escolar y se realicen planteamientos para transformar la realidad desde enfoques conservadores, sin arrojo, con propuestas sustentadas en enfoques deterministas.
Algunos de los planteamientos educativos que nos antecedieron partieron de una antropovisión pasiva, en la cual el hombre era sólo contemplador de la creación, base ésta del destino.
Cada vez es más evidente que la humanidad no sólo es admiradora de cuanto le rodea, pues en su acción transformadora está en gran medida la esencia humanizante de la vida, buscar el sentido trascendente en todo lo que se piense, realice y desee, aunado al sentimiento de dignidad, son dos pilares liberadores de la educación.
Por eso, no basta solamente contemplar nuestra realidad interna y externa, no podemos dejar pasar desapercibido que hoy se da prioridad a la "honradez" sobre la dignidad, ni al "buen comportamiento" sobre la audacia para encontrar vías que permitan recobrar el sendero de la evolución humana y planetaria.
Imagen: Agustín René Solano Andrade
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