SE PROFUNDIZA LA BRECHA EDUCATIVA Y TECNOLÓGICA
- La educación superior y la ciencia son cruciales para el progreso, señaló Rosa Iris Guevara, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM
- México, con el menor gasto por alumno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
- A pesar de que la cuota social más importante del Estado mexicano se destina a la enseñanza, no es suficiente porque el sector de población joven es más amplio, indicó
La meta de la globalización es integrar a todas las naciones a partir de la unidad de economías, sociedad y cultura; aunque, desde finales del siglo XX, se observa que las diferencias financieras, educativas y tecnológicas entre los diversos Estados se acentúan, y que los países que han avanzado son aquellos que dedican un alto porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB) a promover la formación superior, la ciencia y la innovación, explicó la académica del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, Rosa Iris Guevara González.
En el mundo actual, el conocimiento es un elemento fundamental para avanzar en el desarrollo, y éste no se presenta de manera aislada sino generalizada, agregó.
La educación superior y la ciencia han demostrado ser esenciales para el progreso, su impacto se refleja en el incremento de la productividad y en el desarrollo tecnológico.
Según el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) 2008, de todos los Estados integrantes de este organismo, México ocupa el último sitio en gasto por alumno, al invertir en promedio 2 mil 405 dólares al año (37 mil 415 pesos), frente a una media de 7 mil 527 dólares (117 mil 125 pesos).
Es en este punto –advirtió– donde han fallado naciones como México y uno de los requerimientos para elevar los niveles de competitividad “es el desarrollo de herramientas alternativas, especialmente en informática, campo en el que los países latinoamericanos se han quedado a la zaga”.
Lo preocupante, explicó, es que la inercia de este proceso económico hace que se ensanche la brecha entre los que pueden ingresar a la educación superior y tienen acceso a la tecnología, y los que no; situación que profundiza la desigualdad entre sectores.
A pesar de que el gasto social más importante del Estado se destina a la enseñanza, el desembolso no es suficiente porque el sector de población joven es numeroso y el apoyo a la formación más allá del bachillerato ha disminuido.
En cuanto al número de egresados de secundaria, la OCDE refiere que el país ocupa la última posición, y sólo 41 por ciento de los inscritos concluye sus estudios.
Además, apenas 39 por ciento de los mexicanos de entre 25 y 34 años ha terminado la preparatoria, el segundo nivel más bajo de las naciones afiliadas a esta entidad de cooperación internacional.
El documento de la OCDE indica que México exhibe una gran disparidad entre la cantidad destinada a la educación superior y a la básica, pues esta última recibe tres veces más, y a diferencia de las naciones que asignan montos similares a ambos rubros, este desequilibrio cierra las puertas a muchos jóvenes que desean cursar estudios profesionales, concluyó.
Créditos de la nota: Dirección General de Comunicación Social de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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